La
costosa Operación Jalisco
FELIPE
COBIÁN, JORGE COVARRUBIAS, ALBERTO OSORIO M. Y GLORIA REZA, reporteros.
Revista Proceso, No. 2009, a 2 de mayo de 2015
Si
el 9 de marzo de 2012 Jalisco vivió una jornada de violencia inusitada con el
sello del Cártel de Jalisco Nueva Generación, liderado por Nemesio Oseguera
Cervantes, El Mencho, las decenas de bloqueos del pasado viernes 1 en
municipios jaliscienses y otros tres estados del país muestran la furia de una
organización criminal que no se intimida ante el gobierno de Enrique Peña
Nieto. Ese abierto desafío hizo trastabillar a las instancias federal y
estatal, que ni siquiera se atrevieron a mencionar el nombre del “grupo
delincuencial” que puso en jaque sobre todo a Jalisco, a sus autoridades y a
sus ciudadanos.
GUADALAJARA,
JAL.- La mañana del viernes 1 la entidad
vivió una de las peores jornadas de violencia de los últimos años, más grave
aún que la del 9 de marzo de 2012,
cuando sicarios del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) bloquearon 16
vialidades tapatías e incendiaron vehículos en varios municipios.
Hace
tres años fueron detenidos varios capos de la organización y los bloqueos
permitieron a Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, romper el cerco y escapar.
Pero el viernes 1 la violencia se desbordó.
Esas
acciones se realizaron de manera simultánea antes de mediodía en 19 municipios
y empezaron justo después de que se pusiera en marcha la Operación Jalisco,
cuyo propósito es garantizar la seguridad de la población de esta entidad y de
Colima, según informó la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Las
autoridades federales y estatales tardaron en reaccionar, y lo hicieron de
manera confusa, lo que alimentó versiones en la prensa sobre la supuesta
captura de El Mencho y su hijo Rubén Oseguera González, El Menchito o El
Junior, de 23 años; algunos medios se refirieron incluso a la probable muerte
de ambos capos. Hasta el cierre de esta edición no se había corroborado ninguna
de las dos versiones.
Las
llamas de los vehículos incendiados aún no se extinguían cuando el gobernador
Aristóteles Sandoval hizo el recuento de daños en una conferencia de prensa:
“Estamos en reunión con el Gabinete de Seguridad para activar la Operación
Jalisco para detener a los criminales”, aunque no mencionó al CJNG.
De
inmediato se aplicó al “código rojo” en la entidad para proteger a la
población. La Zona Metropolitana de Guadalajara estaba desquiciada por la furia
de la organización del Mencho, la de mayor intensidad registrada en los últimos
años.
Horas
más tarde, a las ocho de la noche del viernes 1, el comisionado Nacional de
Seguridad Pública, Monte Alejandro Rubido García, explicó que al inicio de la
Operación Jalisco y las reacciones del “grupo criminal” –tampoco mencionó su
nombre– se tomaron las medidas necesarias con las autoridades locales para
reforzar la seguridad en entidades colindantes con Jalisco.
Esa
operación, en la que participan el Ejército, la Marina y la Procuraduría
General de la República, así el Centro de Investigación y Seguridad Nacional,
además de costosa se inició semanas después de que El Mencho y su gente
comenzaron a imponer su ley.
La
entronización del capo
En
pocos años, Nemesio Oseguera Cervantes cobró fama en México y Estados Unidos y
hoy es considerado uno de los principales capos del narcotráfico en México.
Antiguo
policía municipal de Cabo Corrientes –en la costa norte del estado, próximo a
Puerto Vallarta–, El Mencho se transformó en uno de los principales dirigentes
del CJGN, la organización que hoy trae en jaque a las autoridades federales y
estatales, como lo mostró el pasado viernes 1 al instrumentar decenas de
bloqueos e incendios en 19 municipios jaliscienses.
Durante
meses se consideró al Mencho como el líder indiscutible de esa organización.
Pero el 28 de febrero último, cuando un grupo de marinos capturó en Puerto
Vallarta al empresario Abigael González Valencia, El Cuini, se supo que él era
el verdadero padrino del CJNG; incluso trascendió que ofreció 50 millones de
pesos a sus captores para evitar ser videograbado.
Pese
a que El Cuini está preso –o quizá por eso–, la organización criminal liderada
por El Mencho y su hijo radicalizó sus acciones en las últimas semanas. A ella
se le atribuyen los ataques del 19 de marzo contra los agentes de la Gendarmería
Nacional en la ciudad de Ocotlán, donde fallecieron cinco policías federales.
El
CJNG también estuvo detrás de la emboscada del pasado 6 de abril en el tramo
carretero de la vía libre Vallarta-Las Palmas-Mascota-Guadalajara, en la cual
fueron asesinados 15 integrantes de la Fuerza Única Regional.
Hábil
para huir de los cercos que le han tendido el Ejército, la Marina y agentes
federales, El Mencho –quien también se hace llamar Lorenzo Mendoza– tiene al
menos cinco órdenes de aprehensión en el país. En los últimos años estuvo a
punto de ser detenido en por lo menos tres ocasiones.
Quien
no tuvo suerte fue El Menchito, detenido a finales de enero de 2014. Permaneció
11 meses en prisión, pues el 26 de diciembre un juez federal ordenó su puesta
en libertad por falta de pruebas y él abandonó el Penal Federal de Puente
Grande.
Policías
estatales comentan a los reporteros que El Mencho delegó el liderazgo de la
organización al Menchito justo cuando éste recuperó su libertad.
Hoy,
el CJNG tiene presencia sobre todo en Jalisco, Michoacán, Colima, Guanajuato,
Guerrero y Veracruz, y se le considera el segundo cártel más poderoso de
México.
Las
autoridades mexicanas consideran que los integrantes del grupo Los Cuinis, al
que pertenece González Valencia, forman parte del CJNG (Proceso 2006). No
obstante, la Drug Enforcement Administration (DEA) y otras agencias federales
de Estados Unidos aseguran que esa organización es una mafia distinta, aunque
suele trabajar de manera asociada con el cártel que hoy controla El Mencho.
Según
esa información, obtenida por el corresponsal
de este semanario en Washington, J. Jesús Esquivel, González Valencia
logró superar en mucho al Cártel de Sinaloa en ganancias netas por el trasiego
internacional de narcóticos a Europa y Asia.
Para
la DEA, escribió Esquivel, Los Cuinis “son el cártel de México mejor conectado
en el extranjero”. Incluso se han asociado con las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC) y hoy la organización “es el proveedor
número uno de cocaína para México procedente de Colombia, Ecuador y Perú”.
Uno
de los funcionarios consultados por el corresponsal comentó que Los Cuinis y al
CJNG “son las principales organizaciones del tráfico de metanfetaminas en
Canadá y Europa, los más grandes traficantes de precursores químicos de Asia y
Europa hacia México y posiblemente los mejor posicionados para el tráfico a
nivel mundial”.
El
Cuini y su lugarteniente
El
6 de marzo pasado, Raymundo Riva Palacio escribió en su columna Estrictamente
Personal, publicada en el periódico El Financiero, que González Valencia “no
es, como se creía, el operador financiero del CJNG, sino el jefe de la
organización, donde el temido Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, es su
lugarteniente”.
Y
añadió: González Valencia “llevaba a ese cártel rumbo a convertirlo en la
principal organización criminal en México, por encima del Cártel del Pacífico
que encabezan sus antiguos socios, y en la coyuntura que creó la
desarticulación de Los Caballeros Templarios y la debilidad de Los Zetas. El Cuini,
como lo apodan, se manejaba como los viejos barones de las drogas, con
discreción absoluta”.
De
acuerdo con Riva Palacio, El Cuini se manejaba con perfil tan bajo que no
aparecía entre los capos importantes ni en la lista de los 122 objetivos
prioritarios del gobierno federal.
Con
respecto al Mencho, su oriundez es nebulosa. Uno de sus sobrinos, Manuel
Cervantes González, El Diamante, detenido en Colima hace tres años, declaró que
nació en Uruapan, Michoacán, aunque otras versiones dicen que es de Chila, en
el mismo estado.
Durante
años, El Mencho trabajó como policía municipal en Cabo Corrientes y Tomatlán.
Luego se acercó al Cártel del Milenio, con el propósito de proteger a Armando
Valencia Cornelio, El Maradona, quien fue detenido en 2003 en Tlajomulco de
Zúñiga.
Tras
la captura de los líderes del Cártel del Milenio, los hermanos Juan Carlos y
Óscar Orlando Nava Valencia, El Lobo, el grupo se dividió en dos: La
Resistencia y Los Torcidos, más conocido como CJNG. Este último se alió con el
cártel de Sinaloa, por lo que El Mencho comenzó a relacionarse con sus cabecillas: Édgar Valdez Villarreal, La
Barbie, Arturo Beltrán Leyva e Ignacio Coronel Villarreal. Asimismo, se
acercaron a La Familia Michoacana (Proceso Jalisco 324).
El
tercero en el mando del cártel de Sinaloa, Ignacio Coronel, fue abatido por el
Ejército el 29 de julio de 2010 en su residencia de Colinas de San Javier, en
Zapopan. Tras su muerte, que detonó la inestabilidad y violencia en Jalisco, el
capo del Cártel de Milenio o de Los Valencia, Érick Valencia Salazar, y otros
miembros de su agrupación, entre ellos El Mencho, formaron el CJNG, también
conocido como Los Matazetas.
En
2011, el CJNG subió a internet videos sobre la ejecución de 35 zetas cuyos
cuerpos fueron abandonados en Boca del Río, Veracruz.
De
2012 a la fecha, autoridades estatales y federales han detenido a menos
integrantes del CJNG en comparación con otras organizaciones delictivas, lo que
le permitió expandirse y consolidarse en varias entidades.
El
9 de marzo de ese año el Ejército capturó en Guadalajara a Valencia Salazar, El
85, y a su lugarteniente Otoniel Mendoza, Tony Montana. Las detenciones
desataron una reacción inusitada en esta ciudad.
Los
sicarios del CJNG bloquearon entonces 16 vialidades tapatías y en otros
municipios de Jalisco quemaron 25 vehículos, entre autos particulares,
autobuses y tráileres. El saldo fue de cuatro muertos y 16 presuntos
delincuentes detenidos. El Mencho logró escapar (Proceso 1845).
El
25 de agosto de 2012, El Mencho también estuvo a punto de ser capturado por
militares; quedó herido, por lo que fue a atenderse al centro de Salud de El
Grullo –“localidad de mucho agrado para el capo, donde le gusta hacer
negocios”–. Esa vez el CJNG reaccionó como en marzo de ese año (Proceso 1870).
Contra
Aristóteles
Jorge
Aristóteles Sandoval llevaba nueve días como gobernador de Jalisco cuando su
secretario de Turismo, Jesús Gallegos Álvarez, fue acribillado por integrantes
del CJNG.
Uno
de los autores materiales de la ejecución, Jonathan García, John Perro, declaró
ante la Fiscalía General del Estado de Jalisco que Gallegos se había pasado al
bando enemigo y lavaba dinero para Los Caballeros Templarios.
Por
lo que atañe al fiscal general Nájera Gutiérrez de Velasco, se le ha
relacionado con el CJNG desde que estuvo al frente de la Secretaría de
Seguridad durante el gobierno del panista Emilio González Márquez. El 28 de
enero de 2011, por ejemplo, aparecieron varias mantas firmadas por La
Resistencia y MFG (grupo integrado por La Familia Michoacana y el Cártel del
Golfo), en las que exigían al mandatario estatal “poner orden en la Secretaría
de Seguridad”, ya que sus mandos presuntamente protegían al CJNG.
Al
día siguiente, Nájera minimizó el contenido de las narcomantas. Declaró que los
grupos criminales querían seguir con sus actividades delincuenciales sin ser
molestados.
Semanas
más tarde, el 4 de febrero, La Resistencia colocó otras narcomantas en las
cuales se lanzó de nuevo contra Nájera y otro jefe policiaco: Alejandro Solorio
Aréchiga, actual comisionado de Seguridad Pública.
A
CJNG se le atribuyen crímenes de policías y de políticos jaliscienses, entre
ellos Gabriel Gómez Michel, diputado federal por el distrito 18, y su ayudante
Heriberto Núñez Ramos, quienes fueron levantados y asesinados el 22 de
septiembre de 2014.
El
Distrito 18 comprende 19 municipios y su sede está en Autlán. Se extiende hacia
el norte, desde Unión de Tula, en la región Sierra de Amula, hasta Ameca y Villa
Corona, en la central región Valles; al sur hasta Cihuatlán, colindante con el
puerto de Manzanillo, y hacia el oriente hasta Tuxcacuesco y Tonaya, en la
región de Amula. Ese territorio, admiten las autoridades, lo controla la gente
del Mencho.
Precisamente
en el poblado de Amacuautitlán, municipio de Tonaya, Oseguera Cervantes logró
evadir el cerco policiaco en el que murieron varios agentes federales.
La
violencia se recrudeció en las últimas semanas. El 19 de marzo, el CJNG emboscó
en Ocotlán a la Gendarmería y causó la muerte a 11 efectivos. Elementos de
seguridad estatales creen que esa agresión fue una pantalla utilizada por
sicarios de la organización criminal para permitir que huyera El Mencho
(Proceso 2004).
Ese
día corrió un fuerte rumor de que se realizaba una reunión del CJNG en una casa
de seguridad en la calle Oxnard, colonia Mascota, a ocho calles del primer
cuadro de la cabecera municipal, según los testimonios recogidos por este
semanario.
El
pasado 6 de abril un convoy de la Fuerza Única de Jalisco fue emboscado por
presuntos sicarios del CJNG en el tramo de la carretera Mascota-Las Palmas,
cerca del crucero de Soyotán, donde cayeron 15 policías (Proceso 2006).
Cuatro
días después, en la red social de Whatsapp comenzó a circular un mensaje según
el cual “se recibió información de inteligencia (de que) integrantes del CJNG
se encuentran en las inmediaciones de Guadalajara, sin saber el número exacto
de personas pero que son varios grupos de sicarios, lo anterior ya que están
preparando un ataque al área de Zapopan o Zapotlanejo en contra de autoridades
ya sean estatales o federales, presuntamente el ataque sería el día de hoy
viernes 10 de abril o mañana 11 de abril.”
Asimismo,
se informó que en las plazas del CJNG “solamente dejaron a guardias, un grupo
de halcones y un grupo de punteros en las entradas, esto ya que disminuyeron el
número de personal armado para poder enviar más gente a Guadalajara”.
El
11 de abril, las autoridades declararon que se trataba de rumores. Ese mismo
día, en mensajes de Whatsapp y otras redes sociales agentes estatales que
optaron por el anonimato manifestaron su inconformidad con sus superiores y
hablaron de un “pacto roto entre gobierno y delincuentes”, aunque no hacen
señalamientos directos contra el gobernador Aristóteles Sandoval, ni contra el
fiscal Nájera.
El
16 de abril el cártel colocó varias mantas en la zona metropolitana con el
siguiente mensaje: “Con mucho respeto hacia la ciudadanía somos del CJNG,
queremos que sepan que el problema no es con ustedes, estamos para apoyarlos y
apoyar a los empresarios, de ratas y secuestradores, como son los Zetas, Los
Caballeros Templarios y las autoridades abusivas y rateros. Defenderemos a
Jalisco y otros estados, como hasta ahorita, aunque tengamos que derramar
sangre de los nuestros” (Proceso Jalisco 545).
Viernes
de fuego
Al
menos siete muertos, 19 heridos, otros tantos detenidos y numerosos vehículos,
gasolineras, bancos y negocios incendiados, así como el ataque a un
helicóptero, marcaron la jornada negra de este viernes 1 en Jalisco.
Al
caos propio de los narcobloqueos y al pánico de la población jalisciense se
sumaron la opacidad y la desinformación de las autoridades en torno a una
operación federal a todas luces mal planeada, que provocó una respuesta brutal
del crimen organizado.
Las
versiones de los gobiernos estatal y federal, ofrecidas por separado, en ningún
momento mencionaron cuál organización criminal fue la autora de este viernes
negro, que demostró un enorme poder de fuego.
Este
viernes 1 marcó el inicio de la Operación Jalisco, pero la escasa o nula
información de las autoridades alimentó todo tipo de rumores acerca del móvil
de las agresiones, el más insistente de los cuales hablaba de la presunta
captura (o incluso muerte) de El Mencho, El Menchito y otros líderes del Cártel
Jalisco Nueva Generación.
Los
narcobloqueos tuvieron lugar en avenidas y carreteras de 32 municipios de
Jalisco, pero se extendieron también a los vecinos estados de Colima,
Guanajuato y Michoacán, la principal zona de influencia de ese “grupo
delincuencial”, como lo llamaron en todo momento, cada uno por su lado, Monte
Alejandro Rubido García, comisionado nacional de Seguridad Pública, y el
gobernador Jorge Aristóteles Sandoval, en sendas conferencias de prensa el
mismo viernes 1.
Este
día las autoridades federales arrancaron la Operación Jalisco, con la
participación de la Secretaría de la Defensa Nacional, la Policía Federal, la Procuraduría
General de la República y el Centro de Investigación y Seguridad Nacional. El
objetivo: “garantizar la seguridad de la ciudadanía y reducir los índices
delictivos” en Jalisco y Colima, donde en las últimas semanas ha habido
frecuentes ataques a fuerzas estatales y federales de parte del CJNG.
La
Operación Jalisco presuntamente desató la reacción del crimen organizado y
exhibió la reacción tardía y descoordinada del gobierno estatal ante las
acciones de cientos de sujetos que por toda la entidad paralizaron calles,
avenidas y carreteras y prendieron fuego lo mismo a vehículos particulares y de
carga que autobuses de pasajeros y de servicio urbano, precisamente cuando
iniciaba el éxodo de vacacionistas por el puente del Día del Trabajo.
Versiones
encontradas
Pese
a que el presidente Enrique Peña Nieto había encomendado al secretario de
Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, informar sobre los narcobloqueos, el
funcionario no apareció; en su lugar estuvo el comisionado nacional de
seguridad, Monte Alejandro Rubido.
En
conferencia de prensa ofrecida a las 20:00 horas del viernes 1 en la Ciudad de
México, Rubido García dijo que como parte de la Operación Jalisco y de las
acciones anunciadas por el presidente Enrique Peña Nieto el pasado 27 de noviembre
–cuando reconoció que Jalisco estaba dentro de las cuatro entidades que
deberían ser atendidas prioritariamente para el combate al crimen organizado–,
se llevó a cabo un recorrido de supervisión.
Dijo
el funcionario: “El día de hoy, alrededor de las siete de la mañana, fuerzas
federales que realizaban un reconocimiento aéreo ubicaron un convoy de
vehículos en el que presuntamente se trasladaban integrantes de un grupo
delictivo que opera en la entidad”.
Agregó:
“Al verse detectados por las fuerzas federales sobre la ruta Casimiro
Castillo-Villa Purificación (a unos 240 kilómetros de esta capital), los
criminales abrieron fuego en contra de la aeronave en la que viajaban 18
elementos, once de ellos militares, dos policías federales y cinco miembros de la
tripulación, impactando el rotor de la misma (aeronave), situación que obligó
al helicóptero a iniciar un descenso de emergencia”.
Señaló
que en dicho incidente perdieron la vida tres miembros del Ejército, otros dos
resultaron heridos y tres más “se encuentran desaparecidos”, pero no explicó
cómo ni de dónde desaparecieron estos militares que supuestamente viajaban en
el helicóptero.
Mencionó
que a lo largo del día murieron al menos tres militares y tres sicarios, 12
agentes federales resultaron heridos y 19 delincuentes detenidos. No se reveló
el nombre de ninguno de ellos.
Rubido
precisó que los narcobloqueos fueron una reacción a la Operación Jalisco.
Por
su parte, Aristóteles Sandoval Díaz había dicho poco antes que en la agresión
ocurrida en la región costera, entre Casimiro Castillo y Villa Purificación,
habían fallecido siete personas.
Algunos
de los lugares de los ataques fueron ubicados en municipios y rutas por donde,
según fuentes policiacas locales, transita con regularidad El Mencho, lo cual
hizo crecer el rumor de que el capo había caído.
Los
narcobloqueos se extendieron de Jalisco a la capital de Colima y de ahí hasta
el puerto de Manzanillo, punto de entrada de sustancias e insumos básicos para
la elaboración de metanfetaminas, principal negocio del CJNG.
En
Michoacán ocurrieron en los municipios de Briseñas y Vista Hermosa. Guanajuato
también se vio afectado. En estas tres entidades hubo alrededor de una decena
de narcobloqueos.
Código
Rojo
El
“grupo delincuencial” cuyo nombre no fue mencionado por Sandoval ni por Rubido
mostró su gran capacidad de organización y su poder de fuego para desafiar a
soldados y policías con los narcobloqueos –39 según las autoridades, 50 según
recuentos hechos a partir de diversas fuentes– y mostrarse como uno de los
cárteles más poderosos del país.
Las
quema de vehículos en calles de la zona matropolitana de Guadalajara comenzó
poco antes de las 10:00 y concluyó cerca de las 13:00, cuando finalmente las
unidades carbonizadas empezaron a ser retiradas. Pero en varias carreteras,
sobre todo la Sayula-San Gabriel y la Ciudad Guzmán-Autlán, después de las
18:00 horas seguían incendiándose autos, camiones y tractores.
Una
vez iniciados los bloqueos con quema de vehículos, el gobierno estatal aplicó
el Código Rojo; Protección Civil de Jalisco invitó a los ciudadanos a
mantenerse fuera de las calles y pidió a las estaciones de gasolina extremar
precauciones. En Puerto Vallarta, durante varias horas se suspendió totalmente
la venta de combustibles.
Ante
el clima de caos, el consulado general de Estados Unidos en Guadalajara instó a
sus empleados a permanecer en sus casas; la legación diplomática suspendió sus
actividades por ser un día feriado.
Varios
candidatos de distintos partidos políticos suspendieron sus actividades
proselitistas, debido a los mismos problemas y falta de garantías.
Después
de la conferencia de prensa de Rubido García, el presidente Peña Nieto escribió
en su cuenta de Twitter: “El grupo delincuencial responsable de los hechos de
hoy será desarticulado, como ocurre con las demás organizaciones del crimen
organizado”. En un segundo mensaje publicó: “Los jaliscienses seguirán contando
con el respaldo absoluto del @GobRep para recuperar la tranquilidad en su vida
cotidiana”.
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