La captura de Herrán Salvatti, intento por erradicar el narco de las estructuras oficiales
■ Investigadores sostienen que esta limpia también incluye a Noé Ramírez Mandujano
Alfredo Méndez, reportero
■ Investigadores sostienen que esta limpia también incluye a Noé Ramírez Mandujano
Alfredo Méndez, reportero
Publicado en La Jornada, 27 de enero de 2009;
La captura del poderoso ex zar antidrogas de la Procuraduría General de la República, Mariano Herrán Salvatti, forma parte de una estrategia gubernamental que busca desplazar las viejas estructuras de poder encargadas de combatir al narcotráfico, debido a que fueron permeadas por la delincuencia y el crimen organizado, aseguró ayer Guillermo Garduño, académico de la Universidad Autónoma Metropolitana y experto en temas de seguridad nacional.
Con el investigador coincidió el abogado Humberto Hernández Haddad, ex cónsul general de México en San Antonio, Texas, Estados Unidos, durante el sexenio del presidente Ernesto Zedillo, quien apuntó que a los fiscales antidrogas de la PGR, José Luis Santiago Vasconcelos y Noé Ramírez Mandujano –que fueron hechura de Herrán Salvatti a finales de la década pasada– también se les desplazó de manera reciente de las estructuras de poder encargadas de combatir a los capos de la droga.
Santiago Vasconcelos –quien murió en noviembre pasado en el incidente aéreo en el que también perdió la vida el entonces secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño– fue removido de su puesto de subprocurador de Asuntos Internacionales de la PGR a finales del año pasado, previo a que detonara el escándalo de los presuntos vínculos de altos funcionarios de esa dependencia con narcotraficantes.
Ramírez Mandujano permanece bajo arraigo mientras se le investiga por una acusación que hizo en su contra un operador de los hermanos Beltrán Leyva, quien aseguró que este ex fiscal antidrogas recibió sobornos millonarios del crimen organizado.
Cuando Herrán Salvatti estuvo a cargo de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos contra la Salud, en 1997, durante el sexenio zedillista, Santiago Vasconcelos era uno de sus subordinados. Cinco años después llegó a la PGR Ramírez Mandujano.
Estas circunstancias “obligan a una urgente reforma de todos los esquemas de las procuradurías para revisar sus estatutos, su funcionamiento y endurecer los requisitos para la selección de los fiscales y procuradores”, refirió Hernández Haddad.
A su vez, desde la óptica de Guillermo Garduño, los recientes escándalos de presuntos vínculos de ex fiscales antidrogas con el narcotráfico, así como la noticia de que Herrán Salvatti enfrenta una acusación de peculado cercano a los 80 millones de dólares, “evidenciaron la estrategia gubernamental de depuración del poder en las estructuras cupulares de las procuradurías”.
Refirió que no puede haber delito “sin la participación del factor de procuración de justicia o del aparato policiaco. Dicho en otros términos: el crimen organizado tiene la característica de que puede en un momento determinado someter a gobiernos completos y, por lo tanto, ser participe de las estructuras de poder.
“Lo que ocurre es que hay en cierto momento el hecho de que estos grupos de poder son desplazados necesariamente, y esto es lo que estamos contemplando ahora con estas acusaciones contra ex zares de la droga”, puntualizó Garduño.
Con el investigador coincidió el abogado Humberto Hernández Haddad, ex cónsul general de México en San Antonio, Texas, Estados Unidos, durante el sexenio del presidente Ernesto Zedillo, quien apuntó que a los fiscales antidrogas de la PGR, José Luis Santiago Vasconcelos y Noé Ramírez Mandujano –que fueron hechura de Herrán Salvatti a finales de la década pasada– también se les desplazó de manera reciente de las estructuras de poder encargadas de combatir a los capos de la droga.
Santiago Vasconcelos –quien murió en noviembre pasado en el incidente aéreo en el que también perdió la vida el entonces secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño– fue removido de su puesto de subprocurador de Asuntos Internacionales de la PGR a finales del año pasado, previo a que detonara el escándalo de los presuntos vínculos de altos funcionarios de esa dependencia con narcotraficantes.
Ramírez Mandujano permanece bajo arraigo mientras se le investiga por una acusación que hizo en su contra un operador de los hermanos Beltrán Leyva, quien aseguró que este ex fiscal antidrogas recibió sobornos millonarios del crimen organizado.
Cuando Herrán Salvatti estuvo a cargo de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos contra la Salud, en 1997, durante el sexenio zedillista, Santiago Vasconcelos era uno de sus subordinados. Cinco años después llegó a la PGR Ramírez Mandujano.
Estas circunstancias “obligan a una urgente reforma de todos los esquemas de las procuradurías para revisar sus estatutos, su funcionamiento y endurecer los requisitos para la selección de los fiscales y procuradores”, refirió Hernández Haddad.
A su vez, desde la óptica de Guillermo Garduño, los recientes escándalos de presuntos vínculos de ex fiscales antidrogas con el narcotráfico, así como la noticia de que Herrán Salvatti enfrenta una acusación de peculado cercano a los 80 millones de dólares, “evidenciaron la estrategia gubernamental de depuración del poder en las estructuras cupulares de las procuradurías”.
Refirió que no puede haber delito “sin la participación del factor de procuración de justicia o del aparato policiaco. Dicho en otros términos: el crimen organizado tiene la característica de que puede en un momento determinado someter a gobiernos completos y, por lo tanto, ser participe de las estructuras de poder.
“Lo que ocurre es que hay en cierto momento el hecho de que estos grupos de poder son desplazados necesariamente, y esto es lo que estamos contemplando ahora con estas acusaciones contra ex zares de la droga”, puntualizó Garduño.
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