Veronica Calderón entrevista a Cuauhtémoc Cárdenas Solorzano
El fundador del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) y tres veces aspirante a la presidencia de México habla en entrevista con EL PAÍS
Publicado en El País, 28/01/2009;
Publicado en El País, 28/01/2009;
Nació en 1934, el mismo año en que su padre, Lázaro Cárdenas del Río, asumió la presidencia de México. Su nombre, Cuauhtémoc, recuerda al último emperador azteca. Su apellido, al presidente que emprendió la expropiación petrolera, la reforma agraria y abrió los brazos al exilio español.
Cuauhtémoc Cárdenas recibió a EL PAÍS en el vestíbulo de un hotel de Madrid. Llegó a esta ciudad para asistir a un homenaje a su madre, Amalia Solórzano, muerta en diciembre del año pasado. Posteriormente se trasladará a Gijón, a donde acudirá a la colocación de una placa en honor de su padre. Sendos actos en recuerdo del exilio español en México. En ellos le gusta recordar que asiste como hijo del matrimonio Cárdenas Solórzano, pese al abultado currículum que le señala como un actor clave en la construcción de la democracia en México. Se le recuerda como el candidato que resultó perdedor tras una avería en el sistema en las elecciones presidenciales de 1988. Como el fundador y dirigente histórico del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), por el que fue tres veces candidato presidencial. Pero es precisamente en el papel de hijo con el que se refiere al Gobierno de su padre.
-¿Las condiciones históricas definieron al Gobierno de Lázaro Cárdenas del Río?
-Su Gobierno se enfrentó a una situación internacional en la que era necesario asumir una posición enérgica en varios asuntos. No sólo hablamos de la Guerra Civil Española 1936-1939], sino también de las invasiones de Italia a Etiopía, de la URSS a Finlandia, la anexión de Austria a la Alemania nazi. El Gobierno mexicano fue muy claro y asumió una posición en defensa de los derechos humanos y del diálogo como solución de los conflictos.
P. -Sus decisiones marcaron la política exterior mexicana para los años posteriores. ¿Se mantiene en el actual Gobierno?
Cuauhtémoc Cárdenas recibió a EL PAÍS en el vestíbulo de un hotel de Madrid. Llegó a esta ciudad para asistir a un homenaje a su madre, Amalia Solórzano, muerta en diciembre del año pasado. Posteriormente se trasladará a Gijón, a donde acudirá a la colocación de una placa en honor de su padre. Sendos actos en recuerdo del exilio español en México. En ellos le gusta recordar que asiste como hijo del matrimonio Cárdenas Solórzano, pese al abultado currículum que le señala como un actor clave en la construcción de la democracia en México. Se le recuerda como el candidato que resultó perdedor tras una avería en el sistema en las elecciones presidenciales de 1988. Como el fundador y dirigente histórico del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), por el que fue tres veces candidato presidencial. Pero es precisamente en el papel de hijo con el que se refiere al Gobierno de su padre.
-¿Las condiciones históricas definieron al Gobierno de Lázaro Cárdenas del Río?
-Su Gobierno se enfrentó a una situación internacional en la que era necesario asumir una posición enérgica en varios asuntos. No sólo hablamos de la Guerra Civil Española 1936-1939], sino también de las invasiones de Italia a Etiopía, de la URSS a Finlandia, la anexión de Austria a la Alemania nazi. El Gobierno mexicano fue muy claro y asumió una posición en defensa de los derechos humanos y del diálogo como solución de los conflictos.
P. -Sus decisiones marcaron la política exterior mexicana para los años posteriores. ¿Se mantiene en el actual Gobierno?
-Se había mantenido, con sus altas y bajas, hasta el Gobierno de Vicente Fox [presidente entre 2000 y 2006, por el conservador Partido Acción Nacional (PAN)]. Ahí hubo una clara desviación. Él se distanció de la política mexicana que guardaba respeto a la autodeterminación, a los pactos internacionales. El Gobierno actual no ha tenido aún las circunstancias para probar cuál es su posición.
-¿Y cuál es la posición de la izquierda mexicana?
-Cuando se habla de izquierda en México se debería, por lo menos, hablar de izquierdas. Los enfoques son distintos, aunque es complicado discernir cuál es la "auténtica" izquierda y cuál no. Aún más difícil, dejar a alguien la facultad para discernir entre una y otra. En principio, se defienden los mismos valores, el mismo proyecto de nación y el respeto a la democracia. Y en general se presta atención a las cuestiones de orden internacional.
- ¿Son mejores las condiciones para la democracia?
-Sin duda hay un avance. Hay elecciones de mejor calidad de las que tuvimos durante los años ochenta y noventa. Y claramente es mejor que la que teníamos en 1988. Espero que la democracia no se limite a lo electoral. Para hablar de una democracia amplia, es necesario llevarnos sus valores. Uno de ellos es la igualdad en otros ámbitos. Que haya trabajo para todos, que estén satisfechas sus necesidades básicas. Hemos avanzado en lo electoral, pero no tenemos una democracia electoral perfecta y aún tenemos que mejorar nuestro sistema electoral.
-¿Es posible hablar de una radicalización?
-Salvo casos aislados, las principales fuerzas políticas en México se plantean el cambio por vías democráticas.
-¿Considera suficiente las medidas del Gobierno mexicano contra la crisis?
-Están en el sentido correcto, pero son insuficientes. Deberían ser mucho más enérgicas. Se requiere un mayor presupuesto para atender las cuestiones sociales, se tienen que destinar mucho más refuerzos que recursos, pero hay un claro abandono de aquella política.
-Son nueve años que el PAN gobierna el país, ¿se puede hablar de un cambio?
-No ha habido ninguno desde el Gobierno de Miguel de la Madrid [1982-1988]. Desde entonces las políticas se han alejado paulatinamente de todo aquello que podría significar revoluciones o cambios de rumbos políticos. Desde el 88 y hasta hoy ha sido muy claro que el Gobierno y el PAN o el Gobierno y el Partido Revolucionario Institucional [PRI] han compartido un proyecto político.
-¿Qué se espera de las elecciones de este año?
-Se medirá el voto duro de los partidos. Creo que pesará mucho más el voto duro de los partidos. La renovación de la Cámara no anima mucho. Tal vez la elección será más animada en el caso de que los seis Êstados que eligen gobernador.
-¿Y cuál es la posición de la izquierda mexicana?
-Cuando se habla de izquierda en México se debería, por lo menos, hablar de izquierdas. Los enfoques son distintos, aunque es complicado discernir cuál es la "auténtica" izquierda y cuál no. Aún más difícil, dejar a alguien la facultad para discernir entre una y otra. En principio, se defienden los mismos valores, el mismo proyecto de nación y el respeto a la democracia. Y en general se presta atención a las cuestiones de orden internacional.
- ¿Son mejores las condiciones para la democracia?
-Sin duda hay un avance. Hay elecciones de mejor calidad de las que tuvimos durante los años ochenta y noventa. Y claramente es mejor que la que teníamos en 1988. Espero que la democracia no se limite a lo electoral. Para hablar de una democracia amplia, es necesario llevarnos sus valores. Uno de ellos es la igualdad en otros ámbitos. Que haya trabajo para todos, que estén satisfechas sus necesidades básicas. Hemos avanzado en lo electoral, pero no tenemos una democracia electoral perfecta y aún tenemos que mejorar nuestro sistema electoral.
-¿Es posible hablar de una radicalización?
-Salvo casos aislados, las principales fuerzas políticas en México se plantean el cambio por vías democráticas.
-¿Considera suficiente las medidas del Gobierno mexicano contra la crisis?
-Están en el sentido correcto, pero son insuficientes. Deberían ser mucho más enérgicas. Se requiere un mayor presupuesto para atender las cuestiones sociales, se tienen que destinar mucho más refuerzos que recursos, pero hay un claro abandono de aquella política.
-Son nueve años que el PAN gobierna el país, ¿se puede hablar de un cambio?
-No ha habido ninguno desde el Gobierno de Miguel de la Madrid [1982-1988]. Desde entonces las políticas se han alejado paulatinamente de todo aquello que podría significar revoluciones o cambios de rumbos políticos. Desde el 88 y hasta hoy ha sido muy claro que el Gobierno y el PAN o el Gobierno y el Partido Revolucionario Institucional [PRI] han compartido un proyecto político.
-¿Qué se espera de las elecciones de este año?
-Se medirá el voto duro de los partidos. Creo que pesará mucho más el voto duro de los partidos. La renovación de la Cámara no anima mucho. Tal vez la elección será más animada en el caso de que los seis Êstados que eligen gobernador.
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