13 jun 2011

Pascal entrevista a Vázquez Mota

Pascal Beltrán del Río, entrevista a Josefina Vázquez Mota
Pascal Beltrán del Río, entrevista a Josefina Vázquez Mota+}
'Lo mío no es obsesión', sostiene Josefina Vázquez Mota
Josefina Vázquez Mota pide una Presidenta
Se destapa Josefina Vázquez Mota, quiere ser la primera presidenta de Mexico
Excélsior, 13 de junio.- Josefina Vázquez Mota quiere ser la primera Presidenta de México, pero –asegura– de ninguna manera está obsesionada por ese objetivo.
“Cuando tienes una obsesión dejas de escuchar y es muy fácil que lastimes y destruyas”, afirma en entrevista. “Y yo lo último que quiero es destruir.
Yo creo que ya hay demasiados muros en nuestro país que obstruyen el quehacer político.
“Voy a obedecer el mandato de los panistas y los ciudadanos e institucionalmente apoyaré y acompañaré, si mi partido decide dar esa candidatura a alguien que no sea yo”, añade.
Primera mujer en ser titular de las secretarías de Desarrollo Social y de Educación, así como de la coordinación parlamentaria del PAN en la Cámara de Diputados, Vázquez Mota asegura que ha compartido ideales y batallas con el presidente Felipe Calderón, aunque reconoce que su relación con el mandatario no es tan cercana. Sobre el proceso interno, confía: “No creo que el Presidente quiera otra cosa que una contienda legítima”.
“Si yo observase línea, sí la denunciaría” Josefina Vázquez Mota, aspirante panista a Los Pinos
Nunca ha habido una Presidenta de México, pero tampoco había una titular de Desarrollo Social y de Educación —mucho menos una coordinadora del PAN en la Cámara de Diputados—, y ella lo logró. La legisladora federal comparte en esta entrevista por qué quiere conducir los destinos de este país
En el estilo de Josefina Vázquez Mota (Ciudad de México, 1961) queda mucho de la conferencista que fue antes de entrar en la política.
Sabe modular la voz, subir y bajar el ritmo, acelerar el discurso y dejarlo en suspenso. Cuando parece que está a punto de terminar, reemprende el vuelo. Detecta el menor pestañeo en el auditorio y lo combate con las armas de la oratoria, entre las que no falta la retórica.
Hace algunas semanas la escuché hablar ante una reunión de diputados locales de su partido, una parte importante de la estructura formal del PAN, donde no ha cosechado aún demasiadas adhesiones. Pese a que se dirigió a ellos con un discurso que ha empleado muchas veces en público, los legisladores no perdieron detalle y la aplaudieron a rabiar.
Sin embargo, también he escuchado a quienes piensan que el estilo de Vázquez Mota es generoso en adornos, pero hueco en contenido; que parece que da para mucho, pero al final da para nada. Sus críticos dicen que a Josefina la mueve una enorme ambición, pero que ese poderoso combustible sirve sólo para elevarla mas no para hacerla aterrizar.
Platiqué hace unos días con la primera mujer en ser titular de las secretarías de Desarrollo Social y de Educación, así como de la coordinación parlamentaria del PAN en la Cámara de Diputados.
Me dijo que quiere ser la primera Presidenta del país, pero que de ninguna manera está obsesionada por ese objetivo.
“Cuando tienes una obsesión dejas de escuchar y es muy fácil que lastimes y destruyas”, afirmó durante la entrevista. “Y yo lo último que quiero es destruir. Yo creo que ya hay demasiados muros en nuestro país que obstruyen el quehacer político.”
Vázquez Mota negó que su relación con el presidente Felipe Calderón estuviera desgastada o minada por la desconfianza. Admitió que no es tan cercana al mandatario como el grupo de jóvenes funcionarios que lo acompaña hace una década o más —y entre los cuales hoy destaca Ernesto Cordero—, pero que ella llegó “por otra vía a la vida del Presidente” y que con él ha compartido ideales y batallas.
La única mujer en aspirar públicamente a la Presidencia de la República en 2012 no se desanima con la impresión pública de que Cordero es el favorito de Los Pinos en esa contienda. “Yo quiero ser la preferida de los panistas y los ciudadanos”, me dijo, y remató esa frase con una carcajada contenida y el despliegue de su vasta sonrisa. Y agregó: “No creo que el Presidente quiera otra cosa que una contienda legítima”.
Durante la conversación, dominada por el optimismo, también aparecieron las dudas de Josefina. Como cuando afirmó que la política le ha hecho conocer lo mejor, pero también lo peor de las personas. Y cuando sostuvo que el padrón de miembros del partido, que será usado en la elección interna del 13 de febrero próximo y se cerrará el próximo sábado para nuevas inscripciones, tiene inconsistencias.
El siguiente es el texto de la entrevista:
—En tu libro Dios mío, hazme viuda por favor escribes que te gustaría tener éxitos, pero también fracasos porque éstos te recuerdan tu condición humana. ¿Cuáles han sido tus fracasos?
—Más que fracasos, tal vez he vivido momentos muy difíciles, no solamente en la política, sino en mi trayectoria previa. He tenido que tomar decisiones que han requerido audacia, casi temeridad, y que han sido momentos de soledad, momentos de duda.
“Esos ratos que no he podido llegar a la casa y disfrutar un poco más a mis hijas siendo pequeñas. O esos momentos en la política, cuando la mayor dureza no viene de tus adversarios sino viene desde adentro. Ésos han sido episodios muy desafiantes que me hacen recordar la condición humana. Me recuerdan que soy vulnerable y requiero de los demás.”
—¿Cuál ha sido tu principal duda? Algo que hayas tenido que pensar mucho antes de tomar una decisión…
—Tal vez una, y tiene que ver con mi vida personal, es cuando tomamos la decisión de dejar Chihuahua. Nosotros vivimos como familia casi siete años allá y fue una etapa muy feliz en nuestras vidas. Las niñas (María José de 16 años, Celia María de 13 y Montserrat de  10) eran muy pequeñas, Sergio (Muñoz Ocampo, su esposo) era muy feliz y yo también, aunque viajaba mucho. Y fue un tiempo donde tomé la decisión de venir al Congreso, y ese año, como muchos legisladores, vivía yo en el Congreso de lunes a viernes. Cada domingo, cuando llegaban las cuatro de la tarde y tenía que ir al aeropuerto, nunca he vuelto a sentir este sentimiento de que no te quieres ir de donde estás, pero que sabes que te tienes que ir. Ése fue uno de los años más retadores de mi vida.
—Eso pesa mucho más a la mujer cuando se dedica a la política…
—Tal vez por eso no es arrogante decir que las mujeres hemos sido constructoras de hogares, como esposas, como hijas, como hermanas. Siempre el hogar es algo que ha acompañado la vida de nosotras las mujeres. Y se vuelven referentes en muchos casos en su hogar.
“Por supuesto que no es una tarea exclusiva de la mujer, pero hoy tenemos siete millones de mujeres jefas de familia. Hoy siete de cada diez hogares tienen ingreso de una mujer, así que somos todavía más constructoras de hogares de lo que éramos antes, porque ya no solamente estamos dentro, sino somos un sostén fundamental en nuestros hogares.”
“...una mujer significa cambio”
—¿Qué sientes y qué dice del país que en estos momentos tú seas la única mujer que aspire abiertamente a la Presidencia?
—Sin duda debiese haber muchas más. Por un lado, hay que reconocer que ha habido avances importantes, particularmente en el PAN. Mi partido ha sido generoso y ha reconocido el liderazgo de las mujeres. Me permitió ser la primera secretaria de Desarrollo Social en toda la historia del país, luego la primera mujer secretaria de Educación Pública, y nunca había habido una mujer coordinando un grupo parlamentario del PAN en la Cámara de Diputados. Así que la historia que yo puedo contar de esto en mi partido es una buena historia para las mujeres.
“Pero, sin duda, igual te digo: cada vez que hay que trabajar, a las primeras que llaman son a las mujeres, pero ya cuando hay que repartir posiciones de poder, de decisión, pero cuando tienes que luchar, como es este caso, por una candidatura, pues ya no se abre el mismo espectro de posibilidades ni hay tanto entusiasmo para llamar a las mujeres.”
—Tú te enfrentas a dos escenarios: no ha habido candidaturas de mujeres a la Presidencia que hayan sido tremendamente exitosas y nadie ha llegado a la Presidencia directamente desde la Cámara de Diputados…
—En esta aspiración yo no estoy apelando a una cuestión de género. Pero la reacción al hecho de ser mujer ha sido extraordinariamente positiva. No solamente por las mujeres, sino por los hombres y por los jóvenes. Hay un sentimiento de que una mujer es un contraste en esta contienda, de que una mujer significa un cambio.
“Por otro lado, te diría que el presidente Calderón, en gran medida, construyó su candidatura presidencial como coordinador parlamentario. Por supuesto, tuvo una estancia en el gabinete, pero si tú observas, su red de operación política y quienes lo acompañamos éramos los de su bancada: Juan Camilo Mouriño, Ernesto Cordero, Jordy Herrera, Salvador Vega, Francisco Blake, Cuauhtémoc Cardona, Manuel Minjares… Una gran parte de los que acompañamos al Presidente en la Cámara de Diputados fuimos su equipo en la campaña y después fuimos parte de su equipo de trabajo.”
—Yo no creo que la pregunta sea si hay una mujer que pueda ser Presidenta de México, sino si el electorado está dispuesto a votar mayoritariamente por ella. ¿Tú qué piensas?
—Yo estoy absolutamente convencida de que el electorado está dispuesto a votar por una mujer en las urnas. Muchas encuestas lo dicen, como las que ponen a Margarita Zavala en primer lugar de aceptación entre los panistas y a mí en tercero, después del Presidente.
“Pero todo parece indicar también que el hecho de ser mujer no es lo que está ocupando más la decisión de los votantes. Hemos votado en las urnas a gobernadoras, alcaldesas y legisladoras. Yo no tengo dudas de que estamos preparados para votar a una mujer a la Presidencia de la República, como ha pasado en Chile, Costa Rica, Brasil y algunos otros países.”
—Me imagino que tú evalúas todos los días los obstáculos que tienes enfrente. Me dices que ser mujer no lo es, que ser diputada no lo es. ¿Qué sí es un obstáculo para ti en estos momentos?
—Quisiera tener la capacidad de recorrer más rápido el país. Quisiera tener una certeza: confío en que el presidente del partido garantice una contienda equitativa, con reglas muy claras. Quisiera conocer el padrón de los panistas, que es algo que casi nadie conoce…
—¿No está en internet?
—Sí, pero es un padrón que, reconocido en voz del propio presidente Gustavo Madero, no es del todo confiable. Se tiene que actualizar, se tiene que revisar. Y yo sí creo que es uno de los instrumentos que le van dando certeza y equidad a una contienda tan importante como es ésta.
“Y por supuesto, uno de mis desafíos más importantes es cómo ir construyendo estas propuestas de presente y de futuro, e ir moviendo las almas, construyendo esperanza, y tener esta propuesta para lo que está en juego: el resto del siglo XXI. Dentro de un año y un mes, seguramente habrá ya Presidente o Presidenta electo de México. Estamos a muy poco tiempo de tomar esta decisión, definitiva para millones de mexicanos.”
—Y, sin embargo, los tiempos que marca el Código Electoral y tu partido vuelven este compás de espera muy largo.
—Es muy largo, es el 18 de febrero cuando se tendrá la elección de quien sea el candidato a la Presidencia de la República.
      “Yo respeto la estrategia de cada quien, pero la mía es seguir caminando México. Para mí no hay otra mejor que ir al encuentro de cada militante, de cada mujer y de cada hombre, y no solamente de los panistas. Hay que ir a recuperar a los ciudadanos.
“Es hora de que en el partido retomemos con más vigor el corazón del PAN que es la ciudadanía, que construyamos desde los ciudadanos y para lo ciudadanos. Y cuando me preguntan ¿y en el PAN quién va a tomar la decisión?, yo les digo que el PAN no tiene dueños. Los dueños del PAN son los ciudadanos, y cada vez que creemos que el PAN tiene dueño generalmente nos va muy mal en los procesos electorales.”
—¿Tienes dudas sobre el proceso?
—No tengo dudas, pues aún no tenemos reglas, y creo que sería injusto descalificar algo que todavía no existe. Pero en lo que seré muy exigente es que esas reglas sean suficientemente claras y con equidad para todos. Y si yo observase alguna acción o algún hecho de alguna presión extraordinaria hacia algunos militantes o cierta línea, entonces sí lo denunciaría porque es justamente todo lo que hemos rechazado en el PAN.
“Cuando el presidente Calderón toma la decisión de retirarse de la Secretaría de Energía (en 2004) es justamente porque, en su lectura, no hay un proceso de equidad, no hay un proceso que dé condiciones iguales para contender dentro del PAN. Por lo tanto, sabiendo esta historia, y sabiendo que lo más importante es la unidad y la cohesión del partido, yo estaré muy atenta, pero también tengo confianza en que tendremos esas reglas.”
—Tú has dicho y escrito que para construir puentes, además de la voluntad de quienes están de uno y otro lado, se necesita la confianza. ¿Has tenido la confianza del presidente Calderón? ¿Tienes confianza en él?
—Fíjate que yo he caminado un largo tramo con el presidente Calderón. No solamente desde su campaña, sino que nos han unido muchas batallas desde que llegué al Congreso, en el año 2000.
“Él fue mi coordinador parlamentario. Él me dio un gran voto de confianza encargándome la Subcoordinación de Política Económica. Después, en su campaña, me daría una posición que requería un enorme voto de confianza: fui parte de su cuarto de guerra. El día de la elección éramos cuatro las personas que estábamos en una habitación viendo las encuestas y una de ellas era yo. Así que de parte de él ha habido muchos gestos, no solamente de confianza sino de afecto y cercanía.
“Hoy, en mi responsabilidad de coordinadora parlamentaria, por lo menos un par de veces a la semana tengo un acercamiento y un diálogo con él. Así que nos une una historia de muchos desafíos, de sueños comunes.”
—En ese equipo, en la campaña, en la transición y en el gabinete, ¿tú te sentiste parte del primer círculo del Presidente?
—Yo creo que el Presidente tenía un círculo que lo había acompañado desde antes. Es un círculo de gente muy joven que lo sigue acompañado. Realmente, mi encuentro con el Presidente se da en otras circunstancias. Yo me lo encuentro en la Cámara de Diputados. Ahí es donde nos conocemos, ahí es donde construimos nuestra amistad, ahí es donde me da su voto de confianza.
“Sin duda, el Presidente tenía un grupo de colaboradores que lo acompañaba desde antes, con el que compartía amistades y momentos de mucha intimidad.”
—¿Es un grupo que él quiere que lo siga acompañando más adelante todavía?
—Bueno, eso habría que preguntárselo al Presidente…
—Pero ¿tú qué piensas?
—Yo lo que creo es que el Presidente será respetuoso sin duda de esta contienda. Primero, porque él vivió una circunstancia muy adversa, porque él fue el que estuvo del otro lado, leyendo que no había equidad en la contienda, y porque el Presidente sabe, sobre todo él que ha trabajado incansablemente por devolverle la paz, la certeza y el Estado de derecho a este país, que lo que está en juego no es solamente un triunfo de Acción Nacional, lo que está en juego es el resto del siglo XXI.
“La definición que vamos a tomar en julio de 2012 es cuál es el México que queremos: el México de libertades, sin prebendas, sin privilegios, el México ciudadano, el México de apego a la ley, o el México autoritario, de regresión democrática, o este México que estamos viendo, de obstaculizar las reformas en el Congreso ante una contienda electoral.
“Es decir, eso es lo que está en juego. Y no puedo pensar que el Presidente, habiendo luchado tanto por este país, aceptara que no fuese más que una contienda interna que le dé toda la legitimidad a la candidatura del PAN y la fuerza para ganar”.
Vázquez Mota define sus prioridades
—¿Qué pasaría si el Presidente tuviera un favorito en la contienda del PAN? ¿Qué implicaría eso para tu partido y para la elección de 2012?
—Primero, si así fuese, en mi caso yo no voy a cambiar mi estrategia ni el trabajo que he venido realizando, porque es un compromiso que yo he tomado con mi vida, con mi familia, con México. Antes de entrar en esa suposición, yo seguiré en la búsqueda de cada hombre, de cada mujer, de cada joven del PAN y también de quienes aun no siendo panistas coincidan en el propósito de que la política se dignifique y donde el diálogo y la confianza sean las herramientas más importantes.
“Mi tarea es seguir adelante. He decidido hacerlo con convicción, construyendo puentes, respetando a todos mis compañeros. Tengo interlocución con todos, los respeto a todos, y yo no quiero más que ser un factor de unidad y cohesión en mi partido. Lo necesitamos para ganar.”
—¿Tú quieres ser la candidata del cambio o de la continuidad?
—Yo quiero ser la candidata, primero, de los panistas. Yo quiero ser la elegida de los panistas, de los militantes y de los ciudadanos, ese es mi mayor anhelo. Quiero ser la preferida de ellos, eso es lo que yo quiero ser.
“Yo fortalecería aquello que se ha hecho responsablemente. Los gobiernos del PAN le han dado un mejor rostro al país, en estabilidad económica, en construcción de vivienda, en ampliación de política social, en transparencia y rendición de cuentas. Yo, que he encabezado dos secretarías de Estado, puedo dar cuenta de ello.
“Al mismo tiempo, reconocería los desafíos que tenemos en el país y que tenemos que construir o tenemos que redefinir. Yo creo que a México le urge fortalecer la vida institucional, creo que ésta tiene que ser una de las grandes apuestas en la vida del país y sería una de mis prioridades. Cómo hacemos que el país sea institucionalmente menos vulnerable y que le dé al ciudadano la certeza, la confianza, un sistema de justicia que permita que la impunidad no siga provocando tanto dolor.”
—¿Ves algún escenario en que unos aspirantes panistas declinaran a favor de otros?
—Yo creo que tenemos varios escenarios de frente y ése es uno de ellos.
—¿Tú harías una alianza así?
—Yo no tengo una obsesión por la Presidencia. Yo sí quiero ser Presidenta. Quiero serlo porque conozco a México de fondo, desde su agenda de pobreza y dolor, pero también desde su agenda de esperanza y grandeza. Conozco a México desde su agenda educativa, que sigue siendo el mayor anhelo y el mayor sueño de millones de mexicanos y, no tengo duda, deberá ser la prioridad por encima de cualquier otra.
“Quiero ser Presidenta porque creo en la construcción de acuerdos, porque creo en el diálogo como la herramienta más importante de la política, porque no creo en la injuria ni en la calumnia ni en la violencia verbal, y porque creo profundamente en el poder de los ciudadanos y en el talento de los mexicanos.
“Pero me gusta mucho no tener una obsesión, porque cuando tienes una obsesión dejas de escuchar y es muy fácil que lastimes y destruyas. Y yo lo último que quiero es destruir. Ya hay demasiados muros en nuestro país que obstruyen el quehacer político. Por lo tanto, si se diera esa circunstancia, yo voy a obedecer el mandato de los panistas y los ciudadanos e institucionalmente apoyaré y acompañaré, si mi partido decide dar esa candidatura a alguien que no sea yo.”
—¿Y antes de la elección?
—Antes de la elección tendríamos que ir valorando el avance de cada quien, las circunstancias. Hasta el día de hoy me siento muy alentada. Reconozco lo que cada cual ha hecho y los activos y las dificultades que yo tengo y que tienen otros, pero hasta hoy la respuesta ha sido por demás alentadora y me encanta caminar México. Lo seguiré haciendo porque mi forma de hacer política es ir al encuentro de la gente.
—Ernesto Cordero ha hecho declaraciones polémicas. ¿Tú crees, como él ha dicho, que somos un país más rico que antes, que el salario mínimo alcanza más que antes? ¿Qué piensas de esas declaraciones?
—Éste es un país que ha logrado, sobre todo a raíz de la estabilidad económica, ir recuperando sus clases medias. Es un país donde, si revisas los datos de vivienda, han avanzado los derechos de propiedad, y donde hay sectores desprotegidos que hoy tienen acceso a una política social.
“Habiendo dicho esto, también creo que no hay mayor dolor que el de la pobreza. Para mí el mayor reto sigue siendo el de la equidad. Es decir, aun reconociendo estos avances, todavía hay comunidades donde las mujeres todavía no entienden español o donde invierten muchas horas por semana acarreando agua o donde no ha llegado la luz eléctrica o donde no está la infraestructura que se requiere.
“Hay muchos lugares de contrastes en México, y grandes pendientes. Hoy necesitamos una ciudadanía económica, es decir, que tenga capacidad de compra. Y necesitamos clases medias menos vulnerables, que tengan acceso a crédito, que tengan facilidades de adquirir en mejores condiciones. Necesitamos una ciudadanía política, que no solamente vaya a votar sino tenga el poder de castigar a sus políticos y despedirlos o recontratarlos. Necesitamos una ciudadanía social, con acceso parejo a la educación y a la salud. Y, finalmente, necesitamos una ciudadanía segura, que pueda recuperar sus calles, sus parques, sus noches, su confianza, su paz, que es por lo que ha estado trabajando el Presidente.”
El respeto del Presidente
—Tú apoyaste a Felipe Calderón en 2005 porque creías en su proyecto. ¿Estás satisfecha con los resultados que ha dado este gobierno? ¿Es lo que esperabas hace seis años?
—Yo no puedo más que reconocer el liderazgo del Presidente. Particularmente su decisión y su consistencia. En la campaña él hablaba de devolver la seguridad a los mexicanos, que había que enfrentar al crimen, no sólo por enfrentar al crimen, sino porque lo más importante era tener a nuestros hijos seguros. Así que creo que, sin ser un desafío fácil bajo ninguna circunstancia, no había alternativa. O defendías al Estado mexicano o lo rendías frente al crimen organizado.
“El Presidente ha sido responsable en el manejo de la economía. Hemos visto decisiones como la del SME (Sindicato Mexicano de Electricistas), que ya prácticamente se habían descartado. Pero, al mismo tiempo, cada día aprendemos más. Sabemos que hay que seguir reconstruyendo México, y hacerlo un país más grande y más justo para todos, no tiene que ver sólo con la voluntad de un hombre o mujer. Requiere de una enorme corresponsabilidad.”
—Estamos a pocos días de la elección en el Estado de México. ¿No temes que al final de la contienda digan que el PAN pudo haber hecho una mejor campaña en esa entidad si tú hubieras aceptado ser candidata?
—Probablemente haya quien lo piense de esa manera, aunque aún falta para que termine la campaña. Yo no solamente he manifestado un gran cariño y respeto por Luis Felipe (Bravo). Te puedo decir que hemos trabajado increíblemente cerca. Lo he acompañado y lo estaré acompañando junto con mis diputados.
“Yo he tratado de ser lo más honesta posible en mis decisiones en la política. Yo compartí honestamente con el Presidente, luego ante las cámaras de la televisión, mi decisión de contender por la candidatura presidencial de mi partido. Y con esa misma honestidad le hice saber a los dirigentes de mi partido y al propio Presidente que no estaba en mi agenda la posibilidad de ser candidata en el Estado de México.”
—¿Te presionaron para aceptar la candidatura?
—Pues más que presiones hubo muchas invitaciones. Debo decir que el Presidente fue absolutamente respetuoso. Hubo quienes dijeron que él me lo había pedido, y eso jamás sucedió. Él se mantuvo siempre respetuoso, lo cual siempre se lo voy a agradecer y reconocer. Me siento honesta porque es una decisión que di a conocer con mucha antelación y con las razones de la misma.
Ha sido y quiere ser la primera...
Desde el año 2000 cuando fue electa diputada federal, Josefina Vázquez Mota  ha desafiado los obstáculos de género para escalar hasta los primeros niveles del poder, enfrentando, incluso, a personajes como la lideresa del magisterio, Elba Esther Gordillo.
 En julio de 2000, cuando Vicente Fox ganó la Presidencia, fue electa diputada federal; en el Congreso se desempeñó como vicecoordinadora de Políticas Económicas.
En el mismo año 2000 se convirtió en la primera mujer en la historia del país en ocupar la titularidad de la Secretaría de Desarrollo Social.
Hasta 2005, duplicó el padrón del programa heredado del régimen priista. Vázquez Mota remozó el Progresa como Oportunidades, armó un blindaje internacional que lo calificó como plan de vanguardia y certificó haber reducido en 30 por ciento la pobreza del país.
En enero de 2006, la ex secretaria de Desarrollo Social se integró a la campaña presidencial de Felipe Calderón Hinojosa, como coordinadora general de operación política.
En julio de 2006, tras la victoria de Felipe Calderón a la Presidencia de la República, Vázquez Mota asume la Coordinación Política
en el equipo de transición.
En 2006 fue la primera secretaria federal de Educación Pública. Ella trazó una ruta para presionar a la lideresa del SNTE, Elba Esther Gordillo, en el cumplimiento de la Alianza por la Educación y romper el esquema clientelar del sindicato.
En 2009 renunció a la titularidad de la SEP,
luego de aceptar la candidatura a una diputación federal por la vía plurinominal.
Actualmente es la presidenta de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados y también la primera mujer que se desempeña como coordinadora del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional.
Se destapa Josefina Vázquez Mota, quiere ser la primera presidenta de Mexico
Excélsior, 13 de junio.- Josefina Vázquez Mota quiere ser la primera Presidenta de México, pero –asegura– de ninguna manera está obsesionada por ese objetivo.
“Cuando tienes una obsesión dejas de escuchar y es muy fácil que lastimes y destruyas”, afirma en entrevista. “Y yo lo último que quiero es destruir.
Yo creo que ya hay demasiados muros en nuestro país que obstruyen el quehacer político.
“Voy a obedecer el mandato de los panistas y los ciudadanos e institucionalmente apoyaré y acompañaré, si mi partido decide dar esa candidatura a alguien que no sea yo”, añade.
Primera mujer en ser titular de las secretarías de Desarrollo Social y de Educación, así como de la coordinación parlamentaria del PAN en la Cámara de Diputados, Vázquez Mota asegura que ha compartido ideales y batallas con el presidente Felipe Calderón, aunque reconoce que su relación con el mandatario no es tan cercana. Sobre el proceso interno, confía: “No creo que el Presidente quiera otra cosa que una contienda legítima”.
“Si yo observase línea, sí la denunciaría” Josefina Vázquez Mota, aspirante panista a Los Pinos
Nunca ha habido una Presidenta de México, pero tampoco había una titular de Desarrollo Social y de Educación —mucho menos una coordinadora del PAN en la Cámara de Diputados—, y ella lo logró. La legisladora federal comparte en esta entrevista por qué quiere conducir los destinos de este país
En el estilo de Josefina Vázquez Mota (Ciudad de México, 1961) queda mucho de la conferencista que fue antes de entrar en la política.
Sabe modular la voz, subir y bajar el ritmo, acelerar el discurso y dejarlo en suspenso. Cuando parece que está a punto de terminar, reemprende el vuelo. Detecta el menor pestañeo en el auditorio y lo combate con las armas de la oratoria, entre las que no falta la retórica.
Hace algunas semanas la escuché hablar ante una reunión de diputados locales de su partido, una parte importante de la estructura formal del PAN, donde no ha cosechado aún demasiadas adhesiones. Pese a que se dirigió a ellos con un discurso que ha empleado muchas veces en público, los legisladores no perdieron detalle y la aplaudieron a rabiar.
Sin embargo, también he escuchado a quienes piensan que el estilo de Vázquez Mota es generoso en adornos, pero hueco en contenido; que parece que da para mucho, pero al final da para nada. Sus críticos dicen que a Josefina la mueve una enorme ambición, pero que ese poderoso combustible sirve sólo para elevarla mas no para hacerla aterrizar.
Platiqué hace unos días con la primera mujer en ser titular de las secretarías de Desarrollo Social y de Educación, así como de la coordinación parlamentaria del PAN en la Cámara de Diputados.
Me dijo que quiere ser la primera Presidenta del país, pero que de ninguna manera está obsesionada por ese objetivo.
“Cuando tienes una obsesión dejas de escuchar y es muy fácil que lastimes y destruyas”, afirmó durante la entrevista. “Y yo lo último que quiero es destruir. Yo creo que ya hay demasiados muros en nuestro país que obstruyen el quehacer político.”
Vázquez Mota negó que su relación con el presidente Felipe Calderón estuviera desgastada o minada por la desconfianza. Admitió que no es tan cercana al mandatario como el grupo de jóvenes funcionarios que lo acompaña hace una década o más —y entre los cuales hoy destaca Ernesto Cordero—, pero que ella llegó “por otra vía a la vida del Presidente” y que con él ha compartido ideales y batallas.
La única mujer en aspirar públicamente a la Presidencia de la República en 2012 no se desanima con la impresión pública de que Cordero es el favorito de Los Pinos en esa contienda. “Yo quiero ser la preferida de los panistas y los ciudadanos”, me dijo, y remató esa frase con una carcajada contenida y el despliegue de su vasta sonrisa. Y agregó: “No creo que el Presidente quiera otra cosa que una contienda legítima”.
Durante la conversación, dominada por el optimismo, también aparecieron las dudas de Josefina. Como cuando afirmó que la política le ha hecho conocer lo mejor, pero también lo peor de las personas. Y cuando sostuvo que el padrón de miembros del partido, que será usado en la elección interna del 13 de febrero próximo y se cerrará el próximo sábado para nuevas inscripciones, tiene inconsistencias.
El siguiente es el texto de la entrevista:
—En tu libro Dios mío, hazme viuda por favor escribes que te gustaría tener éxitos, pero también fracasos porque éstos te recuerdan tu condición humana. ¿Cuáles han sido tus fracasos?
—Más que fracasos, tal vez he vivido momentos muy difíciles, no solamente en la política, sino en mi trayectoria previa. He tenido que tomar decisiones que han requerido audacia, casi temeridad, y que han sido momentos de soledad, momentos de duda.
“Esos ratos que no he podido llegar a la casa y disfrutar un poco más a mis hijas siendo pequeñas. O esos momentos en la política, cuando la mayor dureza no viene de tus adversarios sino viene desde adentro. Ésos han sido episodios muy desafiantes que me hacen recordar la condición humana. Me recuerdan que soy vulnerable y requiero de los demás.”
—¿Cuál ha sido tu principal duda? Algo que hayas tenido que pensar mucho antes de tomar una decisión…
—Tal vez una, y tiene que ver con mi vida personal, es cuando tomamos la decisión de dejar Chihuahua. Nosotros vivimos como familia casi siete años allá y fue una etapa muy feliz en nuestras vidas. Las niñas (María José de 16 años, Celia María de 13 y Montserrat de  10) eran muy pequeñas, Sergio (Muñoz Ocampo, su esposo) era muy feliz y yo también, aunque viajaba mucho. Y fue un tiempo donde tomé la decisión de venir al Congreso, y ese año, como muchos legisladores, vivía yo en el Congreso de lunes a viernes. Cada domingo, cuando llegaban las cuatro de la tarde y tenía que ir al aeropuerto, nunca he vuelto a sentir este sentimiento de que no te quieres ir de donde estás, pero que sabes que te tienes que ir. Ése fue uno de los años más retadores de mi vida.
—Eso pesa mucho más a la mujer cuando se dedica a la política…
—Tal vez por eso no es arrogante decir que las mujeres hemos sido constructoras de hogares, como esposas, como hijas, como hermanas. Siempre el hogar es algo que ha acompañado la vida de nosotras las mujeres. Y se vuelven referentes en muchos casos en su hogar.
“Por supuesto que no es una tarea exclusiva de la mujer, pero hoy tenemos siete millones de mujeres jefas de familia. Hoy siete de cada diez hogares tienen ingreso de una mujer, así que somos todavía más constructoras de hogares de lo que éramos antes, porque ya no solamente estamos dentro, sino somos un sostén fundamental en nuestros hogares.”
“...una mujer significa cambio”
—¿Qué sientes y qué dice del país que en estos momentos tú seas la única mujer que aspire abiertamente a la Presidencia?
—Sin duda debiese haber muchas más. Por un lado, hay que reconocer que ha habido avances importantes, particularmente en el PAN. Mi partido ha sido generoso y ha reconocido el liderazgo de las mujeres. Me permitió ser la primera secretaria de Desarrollo Social en toda la historia del país, luego la primera mujer secretaria de Educación Pública, y nunca había habido una mujer coordinando un grupo parlamentario del PAN en la Cámara de Diputados. Así que la historia que yo puedo contar de esto en mi partido es una buena historia para las mujeres.
“Pero, sin duda, igual te digo: cada vez que hay que trabajar, a las primeras que llaman son a las mujeres, pero ya cuando hay que repartir posiciones de poder, de decisión, pero cuando tienes que luchar, como es este caso, por una candidatura, pues ya no se abre el mismo espectro de posibilidades ni hay tanto entusiasmo para llamar a las mujeres.”
—Tú te enfrentas a dos escenarios: no ha habido candidaturas de mujeres a la Presidencia que hayan sido tremendamente exitosas y nadie ha llegado a la Presidencia directamente desde la Cámara de Diputados…
—En esta aspiración yo no estoy apelando a una cuestión de género. Pero la reacción al hecho de ser mujer ha sido extraordinariamente positiva. No solamente por las mujeres, sino por los hombres y por los jóvenes. Hay un sentimiento de que una mujer es un contraste en esta contienda, de que una mujer significa un cambio.
“Por otro lado, te diría que el presidente Calderón, en gran medida, construyó su candidatura presidencial como coordinador parlamentario. Por supuesto, tuvo una estancia en el gabinete, pero si tú observas, su red de operación política y quienes lo acompañamos éramos los de su bancada: Juan Camilo Mouriño, Ernesto Cordero, Jordy Herrera, Salvador Vega, Francisco Blake, Cuauhtémoc Cardona, Manuel Minjares… Una gran parte de los que acompañamos al Presidente en la Cámara de Diputados fuimos su equipo en la campaña y después fuimos parte de su equipo de trabajo.”
—Yo no creo que la pregunta sea si hay una mujer que pueda ser Presidenta de México, sino si el electorado está dispuesto a votar mayoritariamente por ella. ¿Tú qué piensas?
—Yo estoy absolutamente convencida de que el electorado está dispuesto a votar por una mujer en las urnas. Muchas encuestas lo dicen, como las que ponen a Margarita Zavala en primer lugar de aceptación entre los panistas y a mí en tercero, después del Presidente.
“Pero todo parece indicar también que el hecho de ser mujer no es lo que está ocupando más la decisión de los votantes. Hemos votado en las urnas a gobernadoras, alcaldesas y legisladoras. Yo no tengo dudas de que estamos preparados para votar a una mujer a la Presidencia de la República, como ha pasado en Chile, Costa Rica, Brasil y algunos otros países.”
—Me imagino que tú evalúas todos los días los obstáculos que tienes enfrente. Me dices que ser mujer no lo es, que ser diputada no lo es. ¿Qué sí es un obstáculo para ti en estos momentos?
—Quisiera tener la capacidad de recorrer más rápido el país. Quisiera tener una certeza: confío en que el presidente del partido garantice una contienda equitativa, con reglas muy claras. Quisiera conocer el padrón de los panistas, que es algo que casi nadie conoce…
—¿No está en internet?
—Sí, pero es un padrón que, reconocido en voz del propio presidente Gustavo Madero, no es del todo confiable. Se tiene que actualizar, se tiene que revisar. Y yo sí creo que es uno de los instrumentos que le van dando certeza y equidad a una contienda tan importante como es ésta.
“Y por supuesto, uno de mis desafíos más importantes es cómo ir construyendo estas propuestas de presente y de futuro, e ir moviendo las almas, construyendo esperanza, y tener esta propuesta para lo que está en juego: el resto del siglo XXI. Dentro de un año y un mes, seguramente habrá ya Presidente o Presidenta electo de México. Estamos a muy poco tiempo de tomar esta decisión, definitiva para millones de mexicanos.”
—Y, sin embargo, los tiempos que marca el Código Electoral y tu partido vuelven este compás de espera muy largo.
—Es muy largo, es el 18 de febrero cuando se tendrá la elección de quien sea el candidato a la Presidencia de la República.
      “Yo respeto la estrategia de cada quien, pero la mía es seguir caminando México. Para mí no hay otra mejor que ir al encuentro de cada militante, de cada mujer y de cada hombre, y no solamente de los panistas. Hay que ir a recuperar a los ciudadanos.
“Es hora de que en el partido retomemos con más vigor el corazón del PAN que es la ciudadanía, que construyamos desde los ciudadanos y para lo ciudadanos. Y cuando me preguntan ¿y en el PAN quién va a tomar la decisión?, yo les digo que el PAN no tiene dueños. Los dueños del PAN son los ciudadanos, y cada vez que creemos que el PAN tiene dueño generalmente nos va muy mal en los procesos electorales.”
—¿Tienes dudas sobre el proceso?
—No tengo dudas, pues aún no tenemos reglas, y creo que sería injusto descalificar algo que todavía no existe. Pero en lo que seré muy exigente es que esas reglas sean suficientemente claras y con equidad para todos. Y si yo observase alguna acción o algún hecho de alguna presión extraordinaria hacia algunos militantes o cierta línea, entonces sí lo denunciaría porque es justamente todo lo que hemos rechazado en el PAN.
“Cuando el presidente Calderón toma la decisión de retirarse de la Secretaría de Energía (en 2004) es justamente porque, en su lectura, no hay un proceso de equidad, no hay un proceso que dé condiciones iguales para contender dentro del PAN. Por lo tanto, sabiendo esta historia, y sabiendo que lo más importante es la unidad y la cohesión del partido, yo estaré muy atenta, pero también tengo confianza en que tendremos esas reglas.”
—Tú has dicho y escrito que para construir puentes, además de la voluntad de quienes están de uno y otro lado, se necesita la confianza. ¿Has tenido la confianza del presidente Calderón? ¿Tienes confianza en él?
—Fíjate que yo he caminado un largo tramo con el presidente Calderón. No solamente desde su campaña, sino que nos han unido muchas batallas desde que llegué al Congreso, en el año 2000.
“Él fue mi coordinador parlamentario. Él me dio un gran voto de confianza encargándome la Subcoordinación de Política Económica. Después, en su campaña, me daría una posición que requería un enorme voto de confianza: fui parte de su cuarto de guerra. El día de la elección éramos cuatro las personas que estábamos en una habitación viendo las encuestas y una de ellas era yo. Así que de parte de él ha habido muchos gestos, no solamente de confianza sino de afecto y cercanía.
“Hoy, en mi responsabilidad de coordinadora parlamentaria, por lo menos un par de veces a la semana tengo un acercamiento y un diálogo con él. Así que nos une una historia de muchos desafíos, de sueños comunes.”
—En ese equipo, en la campaña, en la transición y en el gabinete, ¿tú te sentiste parte del primer círculo del Presidente?
—Yo creo que el Presidente tenía un círculo que lo había acompañado desde antes. Es un círculo de gente muy joven que lo sigue acompañado. Realmente, mi encuentro con el Presidente se da en otras circunstancias. Yo me lo encuentro en la Cámara de Diputados. Ahí es donde nos conocemos, ahí es donde construimos nuestra amistad, ahí es donde me da su voto de confianza.
“Sin duda, el Presidente tenía un grupo de colaboradores que lo acompañaba desde antes, con el que compartía amistades y momentos de mucha intimidad.”
—¿Es un grupo que él quiere que lo siga acompañando más adelante todavía?
—Bueno, eso habría que preguntárselo al Presidente…
—Pero ¿tú qué piensas?
—Yo lo que creo es que el Presidente será respetuoso sin duda de esta contienda. Primero, porque él vivió una circunstancia muy adversa, porque él fue el que estuvo del otro lado, leyendo que no había equidad en la contienda, y porque el Presidente sabe, sobre todo él que ha trabajado incansablemente por devolverle la paz, la certeza y el Estado de derecho a este país, que lo que está en juego no es solamente un triunfo de Acción Nacional, lo que está en juego es el resto del siglo XXI.
“La definición que vamos a tomar en julio de 2012 es cuál es el México que queremos: el México de libertades, sin prebendas, sin privilegios, el México ciudadano, el México de apego a la ley, o el México autoritario, de regresión democrática, o este México que estamos viendo, de obstaculizar las reformas en el Congreso ante una contienda electoral.
“Es decir, eso es lo que está en juego. Y no puedo pensar que el Presidente, habiendo luchado tanto por este país, aceptara que no fuese más que una contienda interna que le dé toda la legitimidad a la candidatura del PAN y la fuerza para ganar”.
Vázquez Mota define sus prioridades
—¿Qué pasaría si el Presidente tuviera un favorito en la contienda del PAN? ¿Qué implicaría eso para tu partido y para la elección de 2012?
—Primero, si así fuese, en mi caso yo no voy a cambiar mi estrategia ni el trabajo que he venido realizando, porque es un compromiso que yo he tomado con mi vida, con mi familia, con México. Antes de entrar en esa suposición, yo seguiré en la búsqueda de cada hombre, de cada mujer, de cada joven del PAN y también de quienes aun no siendo panistas coincidan en el propósito de que la política se dignifique y donde el diálogo y la confianza sean las herramientas más importantes.
“Mi tarea es seguir adelante. He decidido hacerlo con convicción, construyendo puentes, respetando a todos mis compañeros. Tengo interlocución con todos, los respeto a todos, y yo no quiero más que ser un factor de unidad y cohesión en mi partido. Lo necesitamos para ganar.”
—¿Tú quieres ser la candidata del cambio o de la continuidad?
—Yo quiero ser la candidata, primero, de los panistas. Yo quiero ser la elegida de los panistas, de los militantes y de los ciudadanos, ese es mi mayor anhelo. Quiero ser la preferida de ellos, eso es lo que yo quiero ser.
“Yo fortalecería aquello que se ha hecho responsablemente. Los gobiernos del PAN le han dado un mejor rostro al país, en estabilidad económica, en construcción de vivienda, en ampliación de política social, en transparencia y rendición de cuentas. Yo, que he encabezado dos secretarías de Estado, puedo dar cuenta de ello.
“Al mismo tiempo, reconocería los desafíos que tenemos en el país y que tenemos que construir o tenemos que redefinir. Yo creo que a México le urge fortalecer la vida institucional, creo que ésta tiene que ser una de las grandes apuestas en la vida del país y sería una de mis prioridades. Cómo hacemos que el país sea institucionalmente menos vulnerable y que le dé al ciudadano la certeza, la confianza, un sistema de justicia que permita que la impunidad no siga provocando tanto dolor.”
—¿Ves algún escenario en que unos aspirantes panistas declinaran a favor de otros?
—Yo creo que tenemos varios escenarios de frente y ése es uno de ellos.
—¿Tú harías una alianza así?
—Yo no tengo una obsesión por la Presidencia. Yo sí quiero ser Presidenta. Quiero serlo porque conozco a México de fondo, desde su agenda de pobreza y dolor, pero también desde su agenda de esperanza y grandeza. Conozco a México desde su agenda educativa, que sigue siendo el mayor anhelo y el mayor sueño de millones de mexicanos y, no tengo duda, deberá ser la prioridad por encima de cualquier otra.
“Quiero ser Presidenta porque creo en la construcción de acuerdos, porque creo en el diálogo como la herramienta más importante de la política, porque no creo en la injuria ni en la calumnia ni en la violencia verbal, y porque creo profundamente en el poder de los ciudadanos y en el talento de los mexicanos.
“Pero me gusta mucho no tener una obsesión, porque cuando tienes una obsesión dejas de escuchar y es muy fácil que lastimes y destruyas. Y yo lo último que quiero es destruir. Ya hay demasiados muros en nuestro país que obstruyen el quehacer político. Por lo tanto, si se diera esa circunstancia, yo voy a obedecer el mandato de los panistas y los ciudadanos e institucionalmente apoyaré y acompañaré, si mi partido decide dar esa candidatura a alguien que no sea yo.”
—¿Y antes de la elección?
—Antes de la elección tendríamos que ir valorando el avance de cada quien, las circunstancias. Hasta el día de hoy me siento muy alentada. Reconozco lo que cada cual ha hecho y los activos y las dificultades que yo tengo y que tienen otros, pero hasta hoy la respuesta ha sido por demás alentadora y me encanta caminar México. Lo seguiré haciendo porque mi forma de hacer política es ir al encuentro de la gente.
—Ernesto Cordero ha hecho declaraciones polémicas. ¿Tú crees, como él ha dicho, que somos un país más rico que antes, que el salario mínimo alcanza más que antes? ¿Qué piensas de esas declaraciones?
—Éste es un país que ha logrado, sobre todo a raíz de la estabilidad económica, ir recuperando sus clases medias. Es un país donde, si revisas los datos de vivienda, han avanzado los derechos de propiedad, y donde hay sectores desprotegidos que hoy tienen acceso a una política social.
“Habiendo dicho esto, también creo que no hay mayor dolor que el de la pobreza. Para mí el mayor reto sigue siendo el de la equidad. Es decir, aun reconociendo estos avances, todavía hay comunidades donde las mujeres todavía no entienden español o donde invierten muchas horas por semana acarreando agua o donde no ha llegado la luz eléctrica o donde no está la infraestructura que se requiere.
“Hay muchos lugares de contrastes en México, y grandes pendientes. Hoy necesitamos una ciudadanía económica, es decir, que tenga capacidad de compra. Y necesitamos clases medias menos vulnerables, que tengan acceso a crédito, que tengan facilidades de adquirir en mejores condiciones. Necesitamos una ciudadanía política, que no solamente vaya a votar sino tenga el poder de castigar a sus políticos y despedirlos o recontratarlos. Necesitamos una ciudadanía social, con acceso parejo a la educación y a la salud. Y, finalmente, necesitamos una ciudadanía segura, que pueda recuperar sus calles, sus parques, sus noches, su confianza, su paz, que es por lo que ha estado trabajando el Presidente.”
El respeto del Presidente
—Tú apoyaste a Felipe Calderón en 2005 porque creías en su proyecto. ¿Estás satisfecha con los resultados que ha dado este gobierno? ¿Es lo que esperabas hace seis años?
—Yo no puedo más que reconocer el liderazgo del Presidente. Particularmente su decisión y su consistencia. En la campaña él hablaba de devolver la seguridad a los mexicanos, que había que enfrentar al crimen, no sólo por enfrentar al crimen, sino porque lo más importante era tener a nuestros hijos seguros. Así que creo que, sin ser un desafío fácil bajo ninguna circunstancia, no había alternativa. O defendías al Estado mexicano o lo rendías frente al crimen organizado.
“El Presidente ha sido responsable en el manejo de la economía. Hemos visto decisiones como la del SME (Sindicato Mexicano de Electricistas), que ya prácticamente se habían descartado. Pero, al mismo tiempo, cada día aprendemos más. Sabemos que hay que seguir reconstruyendo México, y hacerlo un país más grande y más justo para todos, no tiene que ver sólo con la voluntad de un hombre o mujer. Requiere de una enorme corresponsabilidad.”
—Estamos a pocos días de la elección en el Estado de México. ¿No temes que al final de la contienda digan que el PAN pudo haber hecho una mejor campaña en esa entidad si tú hubieras aceptado ser candidata?
—Probablemente haya quien lo piense de esa manera, aunque aún falta para que termine la campaña. Yo no solamente he manifestado un gran cariño y respeto por Luis Felipe (Bravo). Te puedo decir que hemos trabajado increíblemente cerca. Lo he acompañado y lo estaré acompañando junto con mis diputados.
“Yo he tratado de ser lo más honesta posible en mis decisiones en la política. Yo compartí honestamente con el Presidente, luego ante las cámaras de la televisión, mi decisión de contender por la candidatura presidencial de mi partido. Y con esa misma honestidad le hice saber a los dirigentes de mi partido y al propio Presidente que no estaba en mi agenda la posibilidad de ser candidata en el Estado de México.”
—¿Te presionaron para aceptar la candidatura?
—Pues más que presiones hubo muchas invitaciones. Debo decir que el Presidente fue absolutamente respetuoso. Hubo quienes dijeron que él me lo había pedido, y eso jamás sucedió. Él se mantuvo siempre respetuoso, lo cual siempre se lo voy a agradecer y reconocer. Me siento honesta porque es una decisión que di a conocer con mucha antelación y con las razones de la misma.
Ha sido y quiere ser la primera...
Desde el año 2000 cuando fue electa diputada federal, Josefina Vázquez Mota  ha desafiado los obstáculos de género para escalar hasta los primeros niveles del poder, enfrentando, incluso, a personajes como la lideresa del magisterio, Elba Esther Gordillo.
 En julio de 2000, cuando Vicente Fox ganó la Presidencia, fue electa diputada federal; en el Congreso se desempeñó como vicecoordinadora de Políticas Económicas.
En el mismo año 2000 se convirtió en la primera mujer en la historia del país en ocupar la titularidad de la Secretaría de Desarrollo Social.
Hasta 2005, duplicó el padrón del programa heredado del régimen priista. Vázquez Mota remozó el Progresa como Oportunidades, armó un blindaje internacional que lo calificó como plan de vanguardia y certificó haber reducido en 30 por ciento la pobreza del país.
En enero de 2006, la ex secretaria de Desarrollo Social se integró a la campaña presidencial de Felipe Calderón Hinojosa, como coordinadora general de operación política.
En julio de 2006, tras la victoria de Felipe Calderón a la Presidencia de la República, Vázquez Mota asume la Coordinación Política
en el equipo de transición.
En 2006 fue la primera secretaria federal de Educación Pública. Ella trazó una ruta para presionar a la lideresa del SNTE, Elba Esther Gordillo, en el cumplimiento de la Alianza por la Educación y romper el esquema clientelar del sindicato.
En 2009 renunció a la titularidad de la SEP,
luego de aceptar la candidatura a una diputación federal por la vía plurinominal.
Actualmente es la presidenta de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados y también la primera mujer que se desempeña como coordinadora del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional.
Josefina Vázquez Mota pide una Presidenta

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