24 ene 2012

La Pontifica Guardia Suiza

La Pontifica Guardia Suiza el ejército más famoso y pequeño del mundo
Tiene 506 años.
La Guardia Suiza es un cuerpo militar encargado de la seguridad de la Ciudad del Vaticano. Otro cuerpo de guardias de origen suizo se encargó también de la seguridad del palacio de Versalles (Francia) durante el reinado de Luis XVI. En la actualidad, se trata del ejército profesional más pequeño del mundo (con alrededor de 110 soldados).
Fue fundada el 21 de enero de 1505, ante la necesidad de que existiera un cuerpo militar siempre disponible para proteger al Papa; tres años después de que el Papa Julio II della Rovere (1503-1513), pidió a los estados pertenecientes a la Confederatis Superioris Allemanniae que le permitiesen reclutar a jóvenes suizos para formar una guardia para su protección,
El 22 de enero de 1506, este Pontífice dio la bienvenida y bendijo, en la plaza de San Pedro, al primer contingente de 150 guardias suizos liderados por el capitán Kaspar von Silenen.
La Guardia Suiza esta comandada hoy por el coronel Daniel Rudolf Anrig, está compuesta por 110 soldados y un capellán, monseñor Alain Guy Raemy.  El comandante de la guardia tienen el rango de coronel, el Vicecomandante y un capellán, teniente coronel, un oficial con el grado de comandante, dos oficiales de rango capitán, 23 mandos intermedios (suboficiales), 70 alabarderos y dos tamborileros.
Se les entrena en procedimientos y manejo de armas modernas (como el fusíl suizo SIG 550) y las pistolas SiG Sauer P220 y P226, aunque también se les enseña a manejar la espada y la alabarda. Reciben lecciones de autodefensa, así como instrucción básica en tácticas defensivas de guardaespaldas similares a las utilizadas en la protección de muchos jefes de Estado.

La tradicional ceremonia de juramento de los nuevos reclutas se celebra el 6 de mayo de cada año, día en que se conmemora el sacrificio de 147 guardias suizos, que durante el saqueo de Roma, en el año 1527, realizado por las tropas de Carlos V –los lanquenenses-  , defendieron al Papa Clemente VII con sus vidas.
El juramento
 “Juro servir fielmente, lealmente y honorablemente al Sumo Pontífice (…) y sus legítimos sucesores, como dedicarme a ellos con todas las fuerzas, sacrificando cuando necesario también la vida en su defensa. Asumo similares empeños respecto al Sacro Colegio Cardenalicio durante la Sede vacante. Prometo además al capitán comandante y a los superiores respeto, fidelidad y obediencia. Lo juro. Que Dios y nuestros santos patronos me asistan”.
Después los nuevos reclutas, llamados por su nombre, se acercan a la bandera, la aferran con la mano izquierda y con la derecha levantada con tres dedos en alto como símbolo de la Trinidad confirman y juran:
“Yo… juro observar fielmente, lealmente y honorablemente todo lo que en este momento me fue dicho. Que Dios y sus santos me asistan”.
Aunque la tradición dice que fue Miguel Ángel quien diseñó sus uniformes, en realidad el actual diseño data de 1915.
Diversos hechos de armas han inmortalizado la bravura de estos soldados, pero el más memorable ocurrió el 6 de mayo de 1527 cuando se enfrentaron a un millar de soldados alemanes y españoles durante el saqueo de Roma por parte de las tropas del emperador Carlos V. Lucharon ante la basílica de San Pedro y siguieron combatiendo mientras retrocedían hasta los escalones del altar mayor. Sobrevivieron sólo 42 de los 150 guardias suizos; estos formaron un círculo alrededor del Papa Clemente VII y lograron que escapara por un pasaje llamado Passetto di Borgo que conduce al castillo de Sant'Angelo.
Rememorando este hecho, cada 6 de mayo los nuevos alabarderos juran sus cargos ante el Papa y los ascendidos toman posesión.
No se considera que la Guardia Suiza pertenezca a ninguna otra organización: su función exclusiva es la de ejército del Estado soberano de Ciudad del Vaticano.
¿Un plan antiterrorista contra Al Qaeda?
Otra nota secreta, del 19 de diciembre de 2008, esta enviada por la Embajada de Roma al Departamento de Estado (183904), hace sonreír y revela la distancia sideral que separaba a la antigua Administración Bush del Vaticano. Firmada por la encargada de negocios Elizabeth Dibble (conocida por sus ácidas críticas a Silvio Berlusconi), narra el coloquio entre la número dos de la legación ante la Santa Sede, Julieta Valls, con el jefe de la Gendarmería vaticana, Domenico Giani.
Valls trasmite al jefe de seguridad que el FBI quiere coordinar un plan antiterrorista con el Vaticano para evitar un posible atentado de Al Qaeda contra el Papa para proteger, de paso, a los miles de turistas estadounidenses que visitan cada día San Pedro y los Museos Vaticanos. El Vaticano, dice el cable, ha sido reticente en el pasado a coordinar su seguridad con Estados Unidos dado que la Santa Sede "no quiere ser percibido como un Estado demasiado cercano a cualquier otro Estado".
Ante la insistencia de Valls, Giani accede, pero sin comprometerse a "mantener un diálogo amplio sobre la preparación y la capacidad del Vaticano para responder a un ataque terrorista".
El cable revela que "hace unos años", la propia Gendarmería vaticana había solicitado al FBI "entrenamiento específico en seguridad", y que hace "menos tiempo" pidió que algunos agentes de la Gendarmería "fueran entrenados en Quantico [sede de la academia del FBI]" para aprender "a buscar explosivos".
Guardia del Papa: la fascinación de la ambigüedad
http://www.swissinfo.ch, 1 de septiembre de 2008;
Benedicto XVI nombró al inspector suizo Daniel Anrig como nuevo comandante de la Guardia Suiza del Vaticano. Originario de Walenstadt, (cantón de San Gall), ocupará su cargo con rango de coronel. De 36 años, está casado y tiene cuatro hijos.
Tomará posesión el 1 de diciembre y espera contribuir a mantener al día la venerable institución, según reconoce en entrevista con swissinfo.
Los guardias suizos, con sus coloridos uniformes históricos, han servido a los pontífices desde hace más de 500 años. Anrig explica que el cuerpo se enfrenta a desafíos internos y externos, pero su misión principal es la de proteger al Papa Benedicto XVI.
No es una tarea fácil ya que el Papa realiza constantes apariciones públicas y largos viajes. El año pasado un ciudadano alemán se saltó un control de seguridad en la Plaza de San Pedro en una multitudinaria audiencia con el Papa, lo que reabrió el debate acerca de la seguridad.
La Policía italiana y la vaticana colaboran con la Guardia Suiza en la protección del pontífice. Una prioridad de Anrig es mantener una relación fluida entre los citados cuerpos.
El coronel Anrig sustituye en el cargo a Elmar Maeder quien desempeñaba el cargo desde el año 2002.
Según Maeder, la Guardia Suiza está unida por un cierto espíritu de aventura y camaradería, "profundizando en su propia fe". Anrig recuerda su experiencia tras pasar dos años de servicio en el cuerpo antes de empezar su carrera universitaria.
-¿Es justo decir que la Guardia Suiza es más un cuerpo decorativo que serio?
Daniel Anrig: -La Guardia Suiza tiene diferentes obligaciones. Obviamente es una guardia de honor, lo que significa que se encarga de labores ceremoniales. Además, tiene otra importante función, la de garantizar la seguridad en los accesos al Estado Vaticano y en el Palacio Apostólico (residencia oficial del Papa) además de velar por los millones de peregrinos que transitan por la plaza de San Pedro.
La labor fundamental es como policía de casa, cuidando el Palacio Apostólico y la protección del Papa. Las tareas ceremoniosas son claramente las más visibles desde fuera y son las esenciales.
swissinfo: La tradición es muy importante en la Guardia Suiza pero ¿en qué sentido es moderna?
D.A.: -La Guardia Suiza existe desde hace más de 500 años y ha pasado por diversas fases y momentos. Es claro que una institución con tanta historia se tiene que ir constantemente modernizando y desarrollando para mantenerse al día.
Estoy convencido que la actual Guardia Suiza tiene un buen nivel de profesionalismo y espero que pueda realizar mi propia contribución para ayudar a mantener el cuerpo actualizado, a pesar de la tradición.
swissinfo: ¿Cuáles son las funciones de su nuevo cargo?
D.A.: Hay varios desafíos tanto externamente como internamente. Por una parte, tenemos retos en el trabajo con nuestros socios para garantizar la seguridad del Papa. También existen operaciones internas en la Guardia, para que todo este bien organizado y coordinado.
swissinfo: ¿De dónde procede la principal amenaza para el Papa?
D.A.: El Papa, con sus continuas apariciones en público, está continuamente expuesto a cierto nivel de riesgo y peligro. Sus comparecencias son, sobre todo, un gran reto para los que somos responsables de su seguridad.
swissinfo: ¿Por qué se interesó por el puesto?
D.A.: Serví en el Vaticano entre 1992 y 1994 y la Guardia Suiza ha ocupado siempre un lugar especial en mi corazón. Tras la dimisión mi antecesor Elmar Maeder, recobré el interés.
swissinfo: ¿Qué recuerdos tiene de su anterior experiencia en el Vaticano?
D.A.: Conservo muchos recuerdos positivos de mi etapa en la Guardia Suiza. Aquellos fueron años de formación, fui adquiriendo experiencia tanto en mi vida privada como en la faceta profesional.
swissinfo: ¿Puede vislumbrar un día en el que una mujer pueda entrar a formar parte de la Guardia Suiza?
D.A.: No estoy muy familiarizado con las condiciones y reglas que afectan a la participación de las mujeres. Aunque como comandante se debe estar siempre abierto a nuevas cuestiones como las concernientes al reclutamiento.
swissinfo: ¿Tiene ganas de vivir en el Vaticano?
D.A.: Mi familia y yo estamos muy contentos con nuestra vida en Glarus. No es que nos queremos marchar pero ya conocemos Roma y el Vaticano. Claramente las condiciones de vida son especiales allí y también muy atractivas.
swissinfo-entrevista: Clare O'Dea
(Traducción: Iván Turmo)

Daniel Anrig
Anrig ya había servido en la Santa Sede como Guardia Suizo de 1992 a 1994.
Tras regresar a su Patria, en 1999 se licenció en Derecho Civil y Eclesiástico en la Universidad de Friburgo.
Después fue asistente de cátedra en Derecho Civil en la misma universidad de 1999 a 2001.
De 2002 a 2006, jefe de la Policía Criminal del cantón de Glarus.
Luego, comandante general del Cuerpo de la Policía de ese mismo cantón.
Según el reglamento, el cargo dura cinco años.

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