31 ene 2016

Ah que Saviano!

Revista Proceso  # 2048, 30 de enero de 2016
Estrategias de conveniencia/COLUMBA VÉRTIZ DE LA FUENTE
Para Roberto Saviano, el escritor y periodista italiano célebre por su libro Gomorra –en el que retrata a la mafia napolitana, por lo que recibió amenazas de muerte desde 2006, cuando apareció el volumen– dice categórico: el gobierno de Enrique Peña Nieto aceleró la tercera aprehensión de Joaquín El Chapo Guzmán, el narcotraficante más buscado por el FBI y la Interpol, para “tapar” el homicidio de la alcaldesa Gisela Mota, de Temixco, “porque ese hecho escandalizó al mundo”.
 En entrevista por skype, el especialista en temas de narcotráfico comenta que Peña Nieto demostró “que sabe arrestar al más peligroso hombre, pero todo lo convirtió en un teatro”.
 Y agrega: “Aprovechó que el líder del Cártel de Sinaloa se encuentra en dificultades como comandante en jefe. Por  ello, el capo quería una película en Hollywood y se dejó entrevistar por el famoso Sean Penn, siendo el contacto la actriz mexicana Kate del Castillo…
 “Que el narcotraficante haya aceptado un encuentro de dos actores y dos destacados productores de la Meca del cine, el argentino Fernando Sulichin y el hispano-argentino José Ibáñez Martín Pira, demuestra que El Chapo estaba viviendo como un rockstar para dar mensajes fuertes de que aún se encontraba en la cima, es decir, que era un boss con el poder verdadero.”

 A decir suyo, las autoridades de México todo lo transformaron en una puesta en escena para distraer a la opinión pública y no hablar de la extradición del narcotraficante a Estados Unidos ni de la alcaldesa ejecutada:
 “A México no le conviene la extradición porque El Chapo puede hablar de la política mexicana; de decir quiénes participan en el narcotráfico. Ese es el miedo del gobierno de Peña Nieto, aunque al mismo Joaquín le beneficia el silencio: sabe que es su seguro de vida.
 “De lo contrario, la organización enemiga de Sinaloa, La Familia Michoacana, Los Zetas, pueden empezar a matar a sus seres queridos. Pero si las autoridades estadunidenses le garantizan la protección de su familia, El Chapo se puede arrepentir de callar, y quizá se decida a hablar, porque él sabe todo.”
 El narrador dice que antes Peña Nieto consideraba riesgosa la extradición “porque era la muestra de un México débil e incapaz de lavar su ropa sucia en casa, pero la segunda fuga de Guzmán Loera destruyó la credibilidad de la justicia mexicana ante los ojos del mundo”.
 Resalta:
 “Peña Nieto no quisiera extraditar a Joaquín, pero no tiene alternativa.”
 Enseguida, critica al mandatario:
 “El error más grande es que el presidente mexicano considera al narcotráfico un problema militar y judicial, y no es así. Lo que pasa es que Peña Nieto no quiere ser como los presidentes anteriores, quienes hablaban mucho del narcotráfico y lo consideraban el principal problema. Él quiere que se olvide el hecho de que se asocie que México es igual a narcotráfico, lo que genera un conflicto, ya que Peña Nieto subvalora ese problema y se da cuenta de la cuestión cuando la noticia sale en los medios internacionales.”
–¿Cómo se le ve a Enrique Peña Nieto en el extranjero por haber encarcelado al Chapo?
–Su mensaje es que México no se dobla ante el narcotráfico… pero ha demostrado lo contrario, pues Guzmán ha tenido todo en la cárcel: televisión y computadora, hasta celular. Es decir, México no es un país en condiciones de manejar a los jefes del narco. 
“Cuando Peña Nieto sale a otras naciones porta una imagen de sí muy segura, agradable. Parece un presidente de un Estado europeo, del primer mundo, y no del tercer mundo. Por eso ha creado una estrategia muy precisa: que sean las autoridades locales las que enfrenten el problema del narcotráfico, como si quisiera alejar el conflicto de las ciudades y del gobierno central.”
 El autor de CeroCeroCero considera que al presidente de México no le gusta que los medios informativos aborden el asunto:
 “Lo hace en la lógica de que México no sea mal visto en el extranjero. Es un método terrible, pero exitoso. Es como el primer ministro de Italia, Matteo Renzi, quien considera que cuando se habla de la mafia, se habla mal de Italia. Peña Nieto tiene esa misma idea: si se habla del narcotráfico, se habla mal de México.”
 La fama
 Roberto Saviano, quien estudió filosofía moderna en la Universidad de Nápoles Federico II y es autor de gran renombre dentro y fuera de su país, relata que el gobierno mexicano ya tenía que atrapar al principal traficante de drogas de México:
 “El error del Chapo es que se volvió muy famoso en todo el mundo, y a Peña Nieto ya no le quedaba de otra más que detenerlo. Los de la Camorra italiana dicen que no deben ser importantes. Si su fama (la del Chapo) sólo se fincara en Sinaloa, al gobierno no le importaría, pero como es conocido en todos los países, el mundo se enoja y se pregunta: ¿por qué no lo agarran? Entonces, el gobierno debe atraparlo para dar una buena imagen a nivel internacional.”
 Colaborador del diario La Repubblica y un sinnúmero de publicaciones internacionales, y autor de Vente conmigo, que reúne ocho relatos de la Italia de hoy, a Saviano le preocupa que no se le confisquen los bienes al jefe del Cártel de Sinaloa:
 “No existe ninguna verdadera lucha contra el narcotráfico si no se le decomisan su dinero y bienes. Deben confiscar todo lo que sea posible. Si eso no se hace, no tiene sentido. Eso pasó en Italia: les quitaron todo el dinero y propiedades a los mafiosos. Así le quitan la fuerza al narco, porque ¿qué hacen sin dinero?”
 –¿Cómo define usted al Chapo?
 –La diferencia con todos los otros jefes históricos del narcotráfico de Sudamérica es mucha. Por ejemplo, Pablo Escobar decía que era un empresario; Salvatore El Mono Mancuso Gómez, comandante de las Autodefensas Unidas de Colombia, dice ser un guerrillero; Miguel Ángel Félix Gallardo, conocido en México como El Padrino, decía que era un transportista, y El Chapo le declaró a Kate del Castillo y Sean Penn que es un narco.
 “Es la primera vez que eso pasa públicamente. Significa que está cambiando totalmente la cultura comunicativa del Cártel de Sinaloa. Quiere decir que él ha dejado de ser un mafioso silencioso de origen campesino y se ha transformado en un rockstar. Necesitaba gritar su poder criminal para sostenerlo. Por eso digo que El Chapo está en una gran dificultad: no se encuentra para nada en una situación de fortaleza.”
 –¿Qué opina sobre la pretensión de él de que se realizara una película de su vida en Hollywood?
 –¡Es normal!… Los mafiosos han entendido que la gente los ama porque le dan dinero a su pueblo y la prensa los odia. Un periodista no puede hablar bien de un narco. Así que la mediación entre estas dos posiciones es la película. Él no quería cualquier largometraje con los narcocorridos, ¡no!, sino una cinta muy grande. Quizá tipo Pablo Escobar en Netflix.
 –Entonces, ¿perdió la cabeza por su fama?
 –¡No!… Según yo, es lo contrario. Era la única manera para dejarse retratar y contar su vida de manera diferente. Ya contaba con la fama. La película es la manera de demostrar su poder simbólico porque está perdiendo el poder real.
 –¿Ya lo perdió?
 –No totalmente, pero, repito, se encuentra en dificultad. Su hijo Iván Archibaldo, El Chapito, como éste mismo lo transmitió por Twitter, es quien ahora está al mando del Cártel de Sinaloa. Ahora el conflicto de este grupo es entre los hijos de Joaquín y la vieja guardia, sobre todo con Ismael El Mayo Zambada. Es un signo importante de que El Chapo no ha delegado el poder en los viejos.
 “Ahora el Cártel de Sinaloa está dividido en dos. No sé si habrá guerra entre ellos. El Mayo no es un hombre que fácilmente se deje llevar por la guerra, pero Iván Archibaldo sí puede dejarse llevar. Es decir, si los familiares de Joaquín se oponen al leadership de la vieja guardia, sí puede brotar la violencia. De todas maneras, la detención del Chapo no modifica el mercado de la cocaína. El poder del narcotráfico queda igual.”
 Saviano aclara: “Por eso ya no se puede uno referir a narcos mexicanos. Es impropio. La palabra apropiada es mafia mexicana. La diferencia entre el narco –que es un gánster– y el mafioso es que el primero trabaja por el dinero; el segundo, por el poder.
 “En este momento la organización mexicana es la más poderosa del mundo. Veamos si el gobierno mexicano luchará contra el narco o es puro teatro, porque para una parte de la izquierda radical europea México ya es un narco-Estado.”
 Saviano, quien afirma que aún sigue sorprendido porque su libro CeroCeroCero se encontraba en la cama del último refugio del capo en Los Mochis, Sinaloa, considera que México “es sin duda el centro del mundo en este momento, porque la economía más importante del mundo es la economía criminal”.  l


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