REDACCIÓN
CENTRAL, 16 Jul. 15 / 04:25 am (ACI/EWTN Noticias).- En más de una ocasión se
ha visto al Papa Francisco compartiendo una bebida ofrecida por algún peregrino
llegado de Argentina al Vaticano o en alguno de los dos viajes que ha realizado
a Sudamérica: se trata del mate, una tradicional bebida que se consume también
en Uruguay, partes de Brasil y que tiene sus orígenes en Paraguay.
Esta
bebida, cuyo nombre en latín es Ilex paraguariensis se prepara con la llamada
yerba mate, yerba de los jesuitas o yerba del Paraguay; y la costumbre se
remonta a la época precolombina.
En
ese entonces los indígenas guaraníes llevaban alrededor del cuello un saquito
de cuero que contenía las hojas de yerba mate que masticaban o bebían como
infusión porque creían que el árbol era un regalo de los dioses y al consumirla
absorbían sus propiedades divinas.
Esta
práctica también tenía un fin social porque la yerba era usada para los
trueques y fomentaba el compañerismo.
El
mati era una pequeña calabaza donde preparaban la infusión y sorbían el líquido
con una bombilla en forma de canuto hecha de tacuara, una caña que crecía en la
zona.
Cuando
los jesuitas llegaron en 1609 e instauraron las llamadas “reducciones” como sistema
social y político, creyeron que el consumo de yerba mate era un vicio. Sin
embargo cuando la conocieron mejor llegaron incluso a mejorar la técnica para
consumirla.
Los
jesuitas fueron quienes difundieron el consumo de la yerba mate al exportarla,
tanto así que fue conocida como el “té de los jesuitas”.
Las
hojas de yerba mate (Ilex paraguariensis) proviene del árbol que crece en el
norte de Argentina, Paraguay, Uruguay y el sur de Brasil debido a la alta
temperatura y la humedad.
La
yerba produce un efecto estimulante similar a la cafeína. Reduce el colesterol
“malo” (LDL) e incrementa el colesterol “bueno” o HDL. Contiene vitaminas B1,
B2, B3, B5, C, E, hierro, magnesio, potasio y varios aminoácidos.
La
Virgen de Caacupé y la yerba mate
En
Caacupé, fundado hacia el 1600, vivía un escultor guaraní de nombre José que se
había convertido al cristianismo con los jesuitas. Una vez miembros de la tribu
mbayá que no quería convertirse lo perseguía y él rezó a la Virgen
prometiéndole hacer una imagen suya si lo ayudaba.
Se
le apareció la Madre de Dios en persona y le gritó en guaraní “¡Ka'aguý
cupe-pe!, que significa “¡detrás de los arbustos de yerba mate!”. El indio
corrió y encontró un tronco grueso detrás del cual se escondió y sus
perseguidores siguieron corriendo. José cumplió su promesa y talló la imagen de
la que es ahora Patrona de Paraguay.
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