Palabras
del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, licenciado Enrique Peña Nieto,
durante la clausura de 38ª Sesión del Consejo Nacional de Seguridad Pública….
Viernes 21 de agosto de 2015..
“...La investigación demuestra que la conducta, tanto de mi esposa y la mía, estuvieron plenamente apegadas a la ley.
Sin embargo, estoy consciente y reconozco que estos acontecimientos dieron lugar a interpretaciones que lastimaron e incluso indignaron a muchos mexicanos.
A todos ellos, les ofrezco una sincera disculpa.
Estos meses han sido difíciles para mi familia y muy particularmente para mi esposa Angélica, a quien le reitero plenamente mi agradecimiento por su entereza y solidaridad…“
Buenas
tardes a todas y a todos, en primer lugar.
Señor
Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados; señor Vicepresidente
de la Mesa Directiva del Senado de la República.
Señor
Ministro Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Señores
integrantes del Gabinete de Seguridad del Gobierno de la República.
Señor
Presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Señor
Presidente de la Conferencia Nacional de Gobernadores; señores Gobernadores.
Señor
Jefe de Gobierno del Distrito Federal.
Señoras
y señores representantes de la sociedad civil, que el día de hoy se incorporan
precisamente a este Consejo Nacional de Seguridad Pública.
Señores
Gobernadores electos de diferentes entidades federativas de nuestro país.
Saludo
a quienes han concluido su representación de la sociedad dentro de este
Consejo.
Saludo
a las y los Legisladores aquí presentes.
Señores
representantes de los municipios de México.
Señores
representantes de los medios de comunicación.
Señoras
y señores:
El
Consejo Nacional de Seguridad Pública es un importante espacio de diálogo y de
coordinación, como aquí lo hemos apreciado. Es un instrumento que nos ha
permitido diseñar y adoptar políticas públicas para fortalecer el Estado de
Derecho.
Los
trabajos del Consejo sin duda se enriquecen con la activa participación de la
sociedad civil organizada, que brinda su visión y experiencia, para la
definición y evaluación de las estrategias de seguridad.
En
este sentido expreso mi más amplio reconocimiento a los representantes de la
ciudadanía, que durante estos dos años han aportado su tiempo, pasión y
conocimiento, en beneficio de todos los mexicanos.
Me
refiero a Andrea Ambrogi, a Edna Jaime, a Alejandro Martí, a María Elena Morera
y a Miguel Treviño, a quienes les reitero mi personal e institucional
agradecimiento por sus invaluables contribuciones a la seguridad y a la
justicia de nuestro país.
De
igual manera, y con este mismo entusiasmo, doy la bienvenida a Elena Azaola
Garrido, a Adelina Lobo Guerrero, a Alberto Javier Olvera Rivera y a Luis
Wertman Zaslav, quienes hoy se suman a este Consejo Nacional como
representantes de la sociedad civil.
Celebro
la realización de esta Trigésima Octava Sesión Ordinaria, en la que se han
alcanzado importantes acuerdos.
Como
saben, estamos consolidando la transformación más grande de nuestro Sistema de
Justicia Penal que haya vivido nuestro país en el último siglo.
Quedan
prácticamente 300 días para que venza el plazo Constitucional de esta
transición.
De
ahí, la importancia del acuerdo para implementar un Plan Estratégico de
Capacitación para todos los elementos estatales y municipales en materia de
justicia penal y de capacidades policiales básicas.
De
igual manera, celebro que en seguimiento a las medidas que anuncié el pasado 27
de noviembre, hoy se hayan aprobado los protocolos de actuación en materia de
tortura y desaparición forzada.
En
ese mismo sentido, comparto con ustedes que estamos ya muy avanzados en la
redacción de una iniciativa de Ley para la búsqueda de personas no localizadas
y desaparición forzada.
Este
proyecto de Ley, que se está trabajando, es producto de un amplio consenso y de
análisis, y consulta, en la que han participado dependencias federales,
organizaciones internacionales y de la sociedad civil, así como autoridades
locales.
Muy
pronto haré llegar al Congreso de la Unión esta iniciativa para que México
cuente con una Ley que se nutra de las mejores prácticas y estándares internacionales,
y que privilegie la coordinación entre autoridades para lograr una mayor
eficacia en la localización de personas.
Finalmente,
destaco el acuerdo que nos permitirá fortalecer el Sistema Penitenciario del
país, para asegurar que cumpla con su misión social.
Señoras
y señores:
Si
en algo podemos estar de acuerdo todos los mexicanos, es que queremos un país
más seguro, más tranquilo y más ordenado, donde se respete la ley.
Entre
todos, sociedad y Gobierno, debemos consolidar un frente común en favor del
Estado de Derecho, en favor del respeto a la ley y fortalecer la confianza
ciudadana en sus instituciones, como muy bien lo refiriera quien hablara en
representación de la sociedad civil hace un momento.
Dicho
esto, declaro formalmente Clausurada esta Trigésima Octava Sesión Ordinaria del
Consejo Nacional de Seguridad Pública.
Muchas
gracias.
Y
permítanme, tomen asiento, por favor.
Permítanme,
no es porque me vaya extender mucho más, pero sí quiero robar la atención de
esta importante representación que hay de la República, en esta Sesión del
Consejo Nacional de Seguridad Pública, que he declarado ya clausurada.
Sin
embargo, quisiera abordar con ustedes un tema del que aquí se ha hablado en
parte, precisamente por parte de un representante de la sociedad civil.
Pero
un tema que particularmente ha captado la atención muy especial, el día de hoy,
a partir del resolutivo que la Secretaría de la Función Pública presentó esta
mañana, y que ha puesto a disposición de toda la ciudadanía; es decir, a través
de Internet, los resultados de la investigación para determinar si hubo o no
conflictos de interés que involucraban, incluso, al Presidente de la República.
Es
aquí, con ustedes, con esta representación de la República, con quienes
quisiera abordar y fijar claramente un posicionamiento sobre este tema.
La
conclusión de esta exhaustiva investigación es que las conductas de las partes
involucradas fueron legales y que no existieron dichos conflictos.
La
investigación demuestra que la conducta, tanto de mi esposa y la mía,
estuvieron plenamente apegadas a la ley.
Sin
embargo, estoy consciente y reconozco que estos acontecimientos dieron lugar a
interpretaciones que lastimaron e incluso indignaron a muchos mexicanos.
A
todos ellos, les ofrezco una sincera disculpa.
Estos
meses han sido difíciles para mi familia y muy particularmente para mi esposa
Angélica, a quien le reitero plenamente mi agradecimiento por su entereza y
solidaridad.
Ella
ha sido una madre ejemplar, que se ha entregado con dedicación y cariño a la
familia que hemos formado. Y, una vez más, desde aquí, todo mi amor y
reconocimiento para mi esposa Angélica.
En
este tiempo, he reflexionado profundamente sobre lo ocurrido.
Estoy
plenamente convencido que en el México actual, la conducta del Presidente de la
República como Jefe del Estado y la de todos los que tenemos el privilegio de
servir a los mexicanos, además de estar apegada a derecho, debe ser tal que
nuestras acciones no generen desconfianza entre la población.
Debemos
entender que nuestra responsabilidad pública se rige por la ley, pero que
también estamos obligados a actuar, de tal manera, que nuestras acciones no
provoquen, ni sospechas, ni malinterpretaciones.
También
estoy consciente de que estos acontecimientos han generado un necesario y profundo
debate sobre la transparencia, la rendición de cuentas y el combate a la
corrupción.
Ante
ello, mi Gobierno promovió, junto con el Congreso, los partidos políticos y
destacados expertos y miembros de la sociedad civil organizada, varios de ellos
aquí presentes, una de las legislaciones más avanzadas en materia de
transparencia, rendición de cuentas y combate a la corrupción.
Se
trata de un cuerpo normativo que no tiene precedentes en la historia de nuestro
país.
Quiero
reiterar, ante ustedes y ante todos los mexicanos, mi más firme compromiso de
acelerar la puesta en marcha de estos mecanismos.
Por
ello, trabajaré con el Congreso de la Unión para concretar, en el próximo
Periodo Ordinario de Sesiones, la Legislación Reglamentaria del Sistema
Nacional Anticorrupción.
Los
mexicanos hemos ido perdiendo algo fundamental para crecer como sociedad y como
país: la confianza; la confianza en el Gobierno Federal, en los gobiernos
locales, en el congreso Federal y en las Legislaturas de los Estados, en el
Poder Judicial de la Federación y en el Poder Judicial de las distintas
entidades.
Desafortunadamente,
las instituciones públicas y privadas han sufrido un deterioro en la confianza.
Y lo más grave, también existe una pérdida de confianza entre los ciudadanos
mismos.
Por
ello, es momento de iniciar un profundo esfuerzo, un esfuerzo común para
recobrar este valor que hemos perdido.
Es
momento de recuperar la confianza en México y en nosotros mismos.
Es
momento de estar más unidos que nunca, ya que enfrentamos, como país, un entorno
económico internacional difícil y complejo.
En
lo personal, puedo dar testimonio de la capacidad que tenemos los mexicanos
para salir adelante frente a los retos más complejos, y confío plenamente en
nuestro talento y fortaleza de carácter.
Como
sociedad, en los últimos dos años fuimos capaces de confiar en nosotros mismos
y de emprender, de manera conjunta, una de las transformaciones más profundas
que haya experimentado nuestro país.
Fuimos
capaces de confiar entre quienes nos veíamos como adversarios para sacar
adelante las reformas estructurales que cambiarán el futuro de nuestro país.
Sé
muy bien que la confianza no la vamos a recuperar con discursos. Ésta sólo
regresará a partir de acciones concretas.
Por
ello, mi compromiso es trabajar incansablemente para mostrar que las Reformas
que hicimos juntos, sí pueden cambiar la vida cotidiana de las familias
mexicanas.
Vamos
a acreditar que sí es posible conducirnos como servidores públicos, con plena
transparencia y rendición de cuentas.
Demostremos
que sí es posible combatir con eficacia la corrupción; que sí es posible tener
un México con educación de calidad.
Que
sí es posible tener una Nación más productiva y generadora de riqueza.
Que
sí es posible, como hoy aquí nos ocupa, vencer a la delincuencia.
Que
sí es posible, en suma, construir un México más libre, con mayor igualdad y de
mayores oportunidades, y un México más próspero.
Para
lograrlo, todos los aquí presentes debemos trabajar unidos, para dar cauce a
esta transformación, que estoy plenamente comprometido a seguir encabezando
como Jefe del Estado mexicano, y a la que todos, absolutamente todos, están
llamados a formar parte.
Los
invito a que trabajemos juntos. A que, independientemente de nuestro origen
partidista, nuestras creencias e, incluso, nuestros desacuerdos, construyamos a
partir de un objetivo común, el de recuperar la confianza de México y la
confianza en México.
Muchas
gracias.
Fuente: Presidencia...
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