Tira
CIDH ‘verdad histórica’ de la PGR
No
fueron incinerados en el basurero; el móvil pudo ser un cargamento de droga en
uno de los autobuses que fueron tomados.
AGUSTÍN
VELASCO Y PARÍS ALEJANDRO SALAZAR |La Silla Rota, NACIÓN | 2015-09-06 13:06:00
CIUDAD
DE MÉXICO (La Silla Rota).- La averiguación sobre la desaparición de 43
estudiantes normalistas en Iguala, Guerrero, el 26 y 27 de septiembre de 2014,
debe replantearse ante el hallazgo de nuevas evidencias como la existencia de
un autobús que esa noche fue tomado por los jóvenes y en el que habría un cargamento
de drogas lo que pudo desatar el ataque en su contra, concluyeron los
integrantes del Grupo Internacional de Expertos Independientes (GIEI) de la
Comisión Interdisciplinario de Derechos Humanos (CIDH).
Luego
de seis meses de investigación, los expertos encontraron evidencia sobre la
existencia de un quinto autobús que la Procuraduría General de la República a
cargo de su ex titular Jesús Murillo Karam, no consignó en el expediente sino
hasta que fue solicitado por el GIEI en junio de este año, a partid de
testimonios y declaraciones de testigos y estudiantes que participaron en los
hechos.
Los
especialistas exhortaron a las autoridades mexicanas a hacer un replanteamiento
de la investigación toda vez de que se tuvo conocimiento de una indagatoria en
un tribunal en Estados Unidos con base en una declaración de un agente de la
DEA en la que refiere que existen rutas de trasiego de drogas de Iguala hacia
la nación Atlanta.
Según
la investigación los jóvenes habrían tomado tres autobuses de la Central camionera
de Iguala que se sumaron a una caravana de otras dos unidades conformando así
un grupo de cinco.
El
GIEI obtuvo un video en el que se observa la salida de los autobuses de la
Central de Iguala y refieren que de inmediato elementos de la policía municipal
los comenzaron a seguir y a dispararles.
En
un inicio la PGR había consignado que se trataba solo de cuatro, informó el
grupo de expertos. Sin embargo luego de que salieran a la luz más
evidencias, solicitaron que se realizara
la búsqueda del autobús y luego, un peritaje en el que se hallaron
inconsistencias en las características con el que aparece en el video.
“Cuando
se nos presentó el quinto autobús para revisión había elementos que no
coincidían”, aseguraron.
A
partir de esto, solicitaron que se abra una nueva línea de investigación
enfocada a que el ataque estuvo relacionado con la toma de un autobús que
contenía un cargamento de droga, por la cual habrían atacado con altos niveles
de violencia a los normalistas.
Otro
elemento en la investigación de los hechos del 26 y 27 de septiembre es que una
persona no identificada pero que fue señalada como “corpulenta” era quien
coordinaba las acciones de los policías.
Lo
anterior se desprende de la declaración de un chofer de los autobuses que fue
llevado por policías de Iguala hasta un domicilio en el centro del municipio y
que señala como una casa blanca con portón negro.
Este
personaje desconocido dijo a los policías que le llevaron al chofer “ustedes ya
saben qué hacer”. El conductor del autobús refirió que uno minutos después fue
liberado.
Según
la investigación que fue enviada al Gobierno Federal, los ataques contra los
estudiantes normalistas fueron del conocimiento del Batallón 27 del Ejército
desde que el primer grupo de jóvenes salió de Chilpancingo alrededor de las
17:00 horas del 26 de septiembre.
Además,
según documentos desclasificados del ejército a los que tuvo acceso el GIEI, el
ejército también se presentó en la clínica Cristina donde un grupo de
normalistas buscó atención médica para sus compañeros. Este mismo grupo
castrense fue el que encontró el cuerpo de Julio César Mondragón, uno de los
tres normalistas que perdió la vida en los ataques.
El
documento también da cuenta de un ataque a quemarropa por parte de tres sujetos
que se bajaron de dos camionetas que sufrieron dos normalistas alrededor de las
0:00 horas del 27 de septiembre cuando daban una conferencia de prensa a medios
locales.
La
investigación también desecha la posibilidad de que los 43 normalistas hayan
sido incinerados en el basurero del municipio vecino Cocula a manos de
integrantes del grupo delictivo Guerreros Unidos.
Un
peritaje realizado por el especialista peruano, José Torero, reveló que es
“científicamente imposible” que los cuerpos de los normalistas hayan sido
quemados en las condiciones que señaló la PGR en su informe de noviembre de
2014 pues se requerirían más de 13 mil 330 kilogramos de neumáticos y 30 mil
100 de kilogramos de madera que estuvieran ardiendo durante 60 horas y no las
16 que refirió la autoridad mexicana.
“Los
muchachos no fueron incinerados en el basurero de Cocula”, señalaron.
Por
lo anterior, en sus recomendaciones además de solicitar que la investigación
sea replanteada, también llamaron a que se integre un peritaje de incineradores
cercanos a Iguala.
Finalmente,
lamentaron que pese a las investigaciones “no tenemos indicios de dónde puedan
estar los desaparecidos”.
En
tanto, a través de su cuenta en Twitter, el presidente Enrique Peña Nieto
instruyó a las dependencias del Gobierno Federal a analizar las recomendaciones
hechas GIEI en torno al caso Iguala.
Peña
informó que ya dio instrucciones para que las investigaciones de los sucesos en
Iguala, Guerrero, tomen en cuenta los elementos aportados por este grupo de
expertos.
maaz
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