Revista Proceso No. 2083, 2 de octubre de 2016….
¡Hagan
lío!”, aconsejó el Papa al líder de los defensores de la familia “natural”/
RODRIGO
VERA
El
representante del Frente Nacional por la Familia, Rodrigo Iván Cortés Jiménez,
relata cómo, después de obtener el apoyo de los obispos mexicanos para las
movilizaciones que realizaron el mes pasado, viajó al Vaticano para cabildear
el respaldo del Papa Francisco. Finalmente consiguió que éste lo alentara a
“hacer lío en defensa de la familia”. Lo que sigue, dice, es que el frente se
convierta en un movimiento permanente, porque ya no confía en las promesas del
gobierno y del PRI de reconocer sólo el matrimonio “natural”, entre un hombre y
una mujer…
“Salgan
a las calles y hagan lío en defensa de la familia”, le dijo el Papa Francisco a
Rodrigo Iván Cortés Jiménez, el representante del Frente Nacional por la
Familia (FNF), que se reunió con el pontífice para informarle sobre las
acciones de su organización.
Bergoglio
lanzó la frase luego de hojear rápidamente los documentos que Cortés Jiménez le
entregó en las manos y de oír sus proyectos de realizar, en distintos puntos de
México, marchas multitudinarias de laicos católicos en contra de la iniciativa
del presidente Enrique Peña Nieto que intenta legalizar los matrimonios entre
personas del mismo sexo.
Ambos
estaban en la Loggia Alejandrina –del laberíntico Palacio Apostólico del
Vaticano–, donde el Papa suele dar algunas audiencias. Era el pasado 28 de
agosto. Y el “hagan lío” era la ansiada instrucción papal que el FNF estaba
esperando para emprender sus marchas de los pasados días 10 y 24 de septiembre,
así como las futuras.
En
entrevista con Proceso, Cortés Jiménez detalla sus gestiones ante la Curia
Romana para obtener este encuentro con Bergoglio:
“Por
esos días yo participaba en Roma en un coloquio sobre cristianos perseguidos en
distintas partes del mundo. Y mi objetivo era, en representación del frente,
tener contacto con el Papa Francisco para informarle sobre lo que pasa en
México a raíz de que Peña Nieto presentó su iniciativa, también para darle a
conocer nuestras acciones de protesta y obtener palabras de aliento de parte
suya.”
Antes
que nada, Cortés se dirigió a las oficinas del recién creado Dicasterio para
los Laicos, la Familia y la Vida, la instancia de la Curia que trata
directamente los asuntos relacionados con los fieles católicos y sus
movilizaciones. Ahí, Cortés dejó documentación y se reunió con algunos
funcionarios.
“En
este dicasterio fui muy puntual y objetivo en mis explicaciones –relata–. Ahí
me dijeron: ‘Vemos muy interesante su tema, lo vamos a analizar muy bien. Y ya
en su momento veremos si obtiene o no unas palabras de aliento por parte del
Santo Padre’. Salí muy satisfecho.”
Aparte,
Cortés Jiménez consiguió reunirse con monseñor Paul Richard Gallagher,
secretario para las Relaciones con los Estados, de la Secretaría de Estado de
la Santa Sede. Se refiere a este encuentro:
“Monseñor
Gallagher es un personaje importante, depende directamente del secretario de
Estado. A él también le expliqué a detalle la actual situación en México y le
entregué un escrito de parte del frente.”
Otro
influyente jerarca con quien conversó para obtener la audiencia papal fue el
cardenal Christoph Schönborn, arzobispo de Viena. Cuenta Cortés:
“Al
cardenal Schönborn lo conozco desde hace tiempo. Es muy cercano al Papa
Benedicto XVI y además aprecia todo lo relacionado con la activación cívica de
los laicos católicos. Me senté con él para explicarle lo que los laicos estamos
haciendo en México. Fue muy receptivo.
“Finalmente
conseguí mi objetivo de hablar con el Papa; se me citó para el día 28. A esa
audiencia fueron algunos políticos preocupados por la situación de la libertad
religiosa en sus países. Uno a uno fuimos hablando con el Papa.”
–¿Y
cómo se dio el encuentro con usted?
–Primero
le hablé del contrastante cambio de actitud de Peña Nieto, pues cuando el Papa
vino a México, en febrero pasado, en su recibimiento en el aeropuerto y en su
discurso de Palacio Nacional le prometió defender a la familia, estar en
sintonía con la Iglesia y todas estas cosas. Pero luego, le expliqué al Papa,
el presidente cambió totalmente de actitud al presentar, en mayo pasado, una
iniciativa para legalizar los matrimonios entre personas del mismo sexo.
“Le
detallé que la iniciativa presidencial consiste en cambiar el artículo cuarto
constitucional y el Código Civil Federal. Y que además va acompañada de cuatro
acciones ejecutivas, una de ellas encaminada a modificar los libros de texto
gratuito para educar a los niños dentro de la ideología de género.
“De
ahí pasé a comentarle que los laicos católicos no nos sentimos representados en
esa iniciativa, por lo que estamos realizando actos de protesta para impedir
que el Congreso la apruebe. Le hablé de las marchas que teníamos programadas
para el 10 y el 24 de septiembre.
“Le
entregué en sus manos una carta del frente dirigida a él. Ahí le explicamos que
somos un frente ciudadano conformado por redes nacionales y estatales, y que en
él participan distintas confesiones religiosas, incluso personas no creyentes.
También le decimos en la carta que pusimos una iniciativa ciudadana para que en
la Constitución se reconozca el matrimonio entre hombre y mujer, y el derecho
de los padres de familia a la educación de sus hijos.
“El
Papa me escuchaba detenidamente. Luego le echó un rápido vistazo a la carta y
me dijo: ‘Sí, salgan a las calles y hagan lío en defensa de la familia’. Era la
frase de aliento que estábamos esperando.”
Cuenta
Cortés Jiménez que, aparte, le entregó a Bergoglio los dos comunicados emitidos
por la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) sobre la iniciativa
presidencial y el apoyo de los obispos a las acciones del FNF.
En
el primero de esos comunicados, del 18 de mayo, se le advierte a Peña Nieto que
para la CEM el único matrimonio válido sigue siendo el de un hombre y una
mujer. Argumenta:
“Sólo
la unión exclusiva e indisoluble entre un hombre y una mujer cumple una función
social plena, por ser un compromiso estable y por hacer posible la fecundidad.
Reconocemos la gran variedad de situaciones familiares que pueden brindar
cierta estabilidad, pero las uniones de hecho o entre personas del mismo sexo,
por ejemplo, no pueden equipararse sin más al matrimonio. Ninguna unión
precaria o cerrada a la comunicación de la vida nos asegura el futuro de la
sociedad.”
En
su segundo comunicado, fechado el 25 de agosto, la CEM elogia las
movilizaciones del FNF porque defienden los “recursos más vitales” del país,
“como son la familia y la educación”. Y agrega:
“Deseamos
felicitar a quienes encabezan este esfuerzo, le brindan a la sociedad una
magnifica oportunidad para unirse más allá de creencias religiosas, y hacer
buen uso de la libertad de expresión, pensamiento, convicciones éticas, de
conciencia y de religión, que son propias de todos los habitantes de este país
y que se encuentran garantizadas en nuestra Constitución.”
Con
esos “dos anexos”, refiere Cortés, se le dejó en claro al Papa que la jerarquía
católica mexicana también rechaza la iniciativa presidencial y apoya las
movilizaciones del FNF. El Papa y la Curia ya no tenían motivos para regatearle
su apoyo a estos laicos mexicanos.
Fue
así como, al cobijo de la más alta jerarquía, primero se realizaron las marchas
del 10 de septiembre en 130 ciudades del país y en las que participaron
–asegura el FNF– más de 1 millón 200 mil personas (Proceso 2081).
Vino
después la “megamarcha” del sábado 24 en la Ciudad de México, que partió del
Auditorio Nacional al Ángel de la Independencia y, según los organizadores,
sumó alrededor de 450 mil manifestantes que llegaron de distintas entidades.
Pero para el gobierno capitalino fueron sólo 20 mil.
Al
día siguiente, durante su misa dominical en el Vaticano, Francisco externó
públicamente su apoyo a la marcha:
“Me
asocio de buena gana a los obispos de México para sostener el compromiso de la
Iglesia y de la sociedad civil en favor de la familia y de la vida, que en este
tiempo requieren especial atención pastoral y cultural en todo el mundo.”
Satisfecho
por haber conseguido el apoyo papal, Cortés Jiménez indica que actualmente el
FNF sigue manteniendo al tanto de sus acciones a la Santa Sede: “Al Dicasterio
para los Laicos le hemos enviado correos electrónicos para informarle que
salieron bien nuestras marchas. Y a monseñor Gallagher, de la Secretaría de
Estado, pienso enviarle un informe muy específico”.
–Ahora
que acaba de llegar el nuevo nuncio en México, Franco Coppola, ¿le informarán a
él?
–Claro.
Nos dirigiremos directamente con él. Nosotros incluso tuvimos que ir al
Vaticano porque todavía no llegaba el nuevo nuncio a México.
–¿Y
no consideran ustedes que el Papa, como jefe de Estado, está interviniendo
indebidamente en asuntos internos del Estado mexicano?
–Mire,
en México hay 92.6 millones de católicos. Pertenecemos a una comunidad que
comparte un credo, donde el Papa es nuestro líder espiritual. Nos estamos
manifestando en las calles como ciudadanos, pero también como creyentes. La
dimensión de la fe también cuenta en la esfera pública. Y lo que hace el Papa
es simplemente apoyar las demandas ciudadanas de su feligresía en México.
“Un
movimiento permanente”
Al
terminar la marcha del 24, en su mitin del Ángel, el FNF dio a conocer un
“manifiesto” conformado por 10 puntos. Ahí anuncia que se constituirá en “un
movimiento cívico permanente” con el objetivo de incluir en la Carta Magna su
“iniciativa constitucional ciudadana” a favor del “matrimonio natural” y del
derecho “a la educación de nuestros hijos”.
El
decálogo también manifiesta su “profundo desacuerdo con la ideología de género”
que quiere “imponerse en las leyes, en las escuelas, en las familias”, y pide
“un encuentro” con Peña Nieto para darle a conocer las “inquietudes y
argumentos” del FNF.
Abunda
Cortés: “Seremos un movimiento permanente que pondrá a la familia en el centro
de la agenda pública nacional. Para ello buscaremos interlocución con los tres
poderes de la Unión y los tres órdenes de gobierno. Desplegaremos una fuerte
actividad cívica en todo el país”.
–¿Ya
obtuvieron una cita con Peña Nieto?
–Acabo
de acudir personalmente a Los Pinos y a Palacio Nacional para solicitar
formalmente el encuentro. En ambos lados me dijeron que van a procesar nuestra
solicitud. Aún no tenemos respuesta. Esperemos que Peña Nieto, así como se
reunió con la comunidad lésbico gay, también lo haga con nosotros.
–El
PRI dijo que no impulsará en el Congreso la iniciativa y el secretario de
Educación Pública anunció que no modificará los libros de texto. ¿Por qué
ustedes se empeñan en impedir unas medidas que no se darán? ¿No es absurdo?
–No,
de ninguna manera, pues este gobierno dice una cosa y de pronto dice lo
contrario. Los líderes de las bancadas del PRI anunciaron que no sacarán la
iniciativa presidencial, es cierto, pero ahora sale Roque Villanueva, el
encargado de asuntos religiosos de Gobernación, diciendo que sí la empujarán.
¿Entonces a quién creerle? No hay claridad.
“Vemos
con decepción que este es un gobierno inconsistente. Solo tiene ocurrencias; un
día se le ocurre una cosa, otro día otra. Y nosotros lo que necesitamos es
tener certeza sobre una institución fundamental: la familia. Por eso seguiremos
luchando para que haya definiciones claras.”
Cortés
indica que, aparte, el gobierno actualmente utiliza al Consejo Nacional para
Prevenir la Discriminación (Conapred) a fin de golpear a quienes se oponen al
matrimonio igualitario:
“El
Conapred está ejerciendo censura y amedrentándonos para que nos quedemos
callados. Si no estamos de acuerdo con la iniciativa de Peña, entonces somos
homófobos. ¡Nada más eso nos faltaba! En esa disyuntiva nos pone, sin otras
opciones democráticas. Esto es una rémora del viejo presidencialismo imperial.”
–¿El
Conapred ya está interviniendo contra ustedes?
–¡Totalmente!
Por ejemplo, abrió un procedimiento contra el coordinador de los legisladores
panistas en el Congreso de Morelos. Lo tachó de homófobo solo porque votó
contra el matrimonio igualitario. Intervino indebidamente en un proceso
legislativo estatal. Y a un sacerdote de Toluca se le fue encima porque, en su
cuenta de Facebook, se opuso a la iniciativa de Peña. ¡Imagínese!
Cortés
Jiménez es licenciado en Filosofía por la Universidad Panamericana –del Opus
Dei–; cuenta además con una maestría en Administración Pública por la
Universidad Anáhuac –de los Legionarios de Cristo–; fue diputado federal del
PAN y también secretario de Relaciones Internacionales del CEN panista. Sigue
militando en el blanquiazul. Ante estos antecedentes, se le pregunta:
–¿No
hay injerencia del PAN en el Frente Nacional por la Familia? ¿O pretensiones
partidistas de influir electoralmente valiéndose de esta organización?
–No,
para nada. El frente no se identifica ni es una organización satélite de ningún
partido político. Ni tampoco nos ha pasado por la cabeza constituirnos en un
nuevo partido. El frente va mucho más allá de cuestiones meramente partidistas.
Aquí hay gente de distintos partidos y de distintas religiones. El frente está
proyectado como una gran fuerza cívica cuyo principal objetivo es defender a la
familia.
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