EL
INFORME OPPENHEIMER/Andrés
Oppenheimer
El
Papa y el capitalismo
Una
de las preguntas claves sobre la primera visita del Papa Francisco a Estados
Unidos es si les responderá a quienes lo critican por sus declaraciones contra
el capitalismo desenfrenado, y aseveran que tiene una debilidad por los
autócratas de izquierda.
Francisco
no sólo esta siendo criticado por la extrema derecha, algo que era de
esperarse, sino también por algunos conocidos economistas internacionales.
Muchos de ellos cuestionan su discurso del 9 de julio en Santa Cruz de la
Sierra, Bolivia, en donde dijo que el sistema capitalista “ha impuesto la
lógica de las ganancias a cualquier costo”, y que “este sistema no se aguanta,
no lo aguantan los campesinos, no lo aguantan los trabajadores… no lo aguantan
los pueblos”.
El
Papa, que nunca había visitado Estados Unidos, también está siendo blanco de
críticas por su supuesta cercanía con presidentes izquierdistas autoritarios de
América Latina. “Francisco tiene mucho que decir sobre los excesos del
capitalismo. ¿Pero qué pasa con Cuba y Venezuela?”, preguntaba en un tuit la
influyente revista The Economist la semana pasada.
Ricardo
Hausmann, el conocido economista que dirige el Centro para el Desarrollo
Internacional de la Universidad de Harvard, escribió un articulo titulado “¿El
capitalismo causa la pobreza?”, en el que criticó detalladamente el discurso
del Papa en Bolivia.
En
su artículo, Hausmann sostiene que, contrariamente a lo que dice Francisco, los
países más pobres del mundo no se caracterizan por tener una confianza ingenua
en el capitalismo, sino por tener una desconfianza absoluta en el capitalismo.
Las empresas más rentables del mundo no están explotando a Bolivia, sino que
simplemente no van allí porque encuentran un ambiente de negocios hostil,
señaló.
“El
problema principal no es la explotación, sino la exclusión”, me dijo Hausmann
en una entrevista. En América Latina, el problema no son los que trabajan en
empresas formales, capitalistas, que reciben un salario mensual, una pensión y
están protegidos por las leyes laborales, sino los millones que trabajan en la
economía informal y no reciben ninguno de estos beneficios, me dijo.
“El
problema en Bolivia no son los trabajadores en el sector formal, moderno y
capitalista de la economía. Esos son los sectores que ya están o están entrando
en la clase media. El problema en Bolivia son los trabajadores por cuenta
propia, los informales, los que no están siendo ‘explotados’ por el sistema
capitalista”, dijo.
Refiriéndose
a las críticas del Papa al lucro excesivo, Hausmann dijo que “el problema en
América Latina no es que las empresas formales, modernas, capitalistas son muy
rentables. Si lo son, es por falta de competencia, por proteccionismo o por
otras barreras. El problema es que no hay suficientes de estas empresas”.
Hausmann
dijo que el Papa está influido por su formación jesuita en Argentina en los años
60. “Creo que tiene un buen corazón y buenas intenciones, pero su
interpretación del problema de desarrollo está equivocada”, señaló.
Los
defensores del discurso de Francisco en Estados Unidos interpretan las palabras
del Papa de otra manera. Dicen que el Papa no está atacando el capitalismo,
sino los excesos del capitalismo.
“El
Papa critica el capitalismo en el sentido de que es un sistema que a veces pone
las ganancias por delante del bien común”, dice José Casanova, profesor de
sociología de las religiones de la Universidad de Georgetown en Washington,
D.C. “Pero él no es anticapitalista”.
Mi
opinión: El Papa hace bien en hablar sobre los pobres del mundo, y también
tiene razón en criticar el capitalismo llevado a su extremo. Sin embargo, en su
reciente viaje a Bolivia, habló de este último sin mencionar los excesos de los
países anticapitalistas, que han creado más pobreza y más opresión que ningunos
otros.
Será
muy interesante ver si Francisco balancea sus opiniones sobre el capitalismo
durante su visita a Estados Unidos. Yo apuesto a que lo hará.
Twitter:
@oppenheimera
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