9 nov 2008

Téllez el vocero

Estratega emergente
Nota JOSÉ LUIS RUIZ
El Universal Domingo 09 de noviembre de 2008
Mientras Max Cortázar, vocero de Los Pinos, sólo pudo confirmar que el extinto secretario de Gobernación iba en el jet siniestrado, el titular de Comunicaciones se distinguió al tomar el control para crear un ‘cuarto de guerra’ informativo
A Luis Téllez le gusta tener el control de las cosas. Su formación como economista en los institutos Tecnológico Autónomo de México y Tecnológico de Massachusetts le permitió obtener puestos de alto nivel en el gobierno federal y en el sector privado, y mostrar sus
habilidades de mando y estratega.
El percance aéreo en el que murieron el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, y el ex zar antidrogas, José Luis Santiago Vasconcelos, le dio a Téllez una nueva oportunidad para mostrar estas dotes.
Casi tres horas después del avionazo, ya había establecido, con apoyo presidencial, toda una estrategia mediática para enfrentar la crisis y cerrar el paso a conjuras y especulaciones por la muerte de dos altos funcionarios del gobierno federal.
Max Cortázar, vocero del presidente Felipe Calderón respaldó a Téllez, casi sin chistar.
Desde las 7:20 de la noche fatídica del 4 de noviembre
, el titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes ya se encontraba en el lugar donde yacían los restos humeantes del Learjet 45, y los despojos descuartizados de por lo menos una docena de personas.
Hizo una inspección ocular y se apresuró, desde ese momento, a tomar el control de la información, que ya era suministrada en el lugar de los hechos por Marcelo Ebrard.
Y mientras una nube de reporteros absortos por la tragedia se arremolinaban en torno al jefe de Gobierno del DF, Cortázar confirmaba que en el avión viajaba el secretario de Gobernación. Fue su única declaración sobre el tema.
Luis Téllez asumió de inmediato el papel de “único vocero” oficial del caso. Tomó las riendas de una estrategia de medios planeada por él y cobijada por Felipe Calderón.
Luego de tres horas de estar en la zona de impacto, como se le denominó oficialmente al lugar donde cayó el avión matrícula XC-VMC, Téllez se trasladó a Los Pinos, donde ya lo esperaba el presidente Calderón y gran parte de su gabinete. Eran las 10:30 de la noche del 4 de noviembre.
“Tienes que asumir la conducción del problema”, le refrendó directa la instrucción que minutos antes le dio por el teléfono.
Para arrancar la estrategia, que apenas había esbozado en lo general, Luis Téllez pidió al presidente Calderón salir a un medio de comunicación. Eligió el noticiero de Joaquín López-Dóriga, quien se encontraba en Washington transmitiendo las elecciones de Estados Unidos.
En presencia de Calderón, Téllez fijó la posición sobre el percance aéreo.
Luego de estar al aire, sugirió ahí mismo a su jefe, el Presidente de la República, crear un cuarto de guerra, donde se concentrara toda la información surgida de las primeras investigaciones. Le dio luz verde.
Le propuso incorporar a expertos en la materia para que coadyuven en su estrategia de comunicación, orientada a controlar y suministrar la información que los medios requieren sobre la tragedia.
Téllez ordena a los directores generales de Aeropuertos y Servicios Auxiliares, Gilberto López Meyer; Aeronaútica Civil, Mauro Gómez; Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano, Agustín Arellano; del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, Héctor Velázquez; al delegado de la PGR en el DF, Ricardo Nájera, y al vocero de la dependencia a su cargo, Fernando Carbonell, conformar el equipo.
En lugar de uno, integran dos cuartos de guerra. Uno en la sala de juntas de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, y otro en el edificio donde se impactó el avión en las Lomas.
Determinó que seis equipos los nutrieran de información para “analizarla, depurarla y procesarla”, para su difusión.
Planea conferencias de prensa, y la entrega textos y fotografías para alimentar de información a los medios.
Idea y propone al Presidente divulgar las imágenes y las grabaciones registradas entre el Centro de Control México y el avión en el que viajaba Mouriño. Pide utilizar un lenguaje “cuidadoso y escrupuloso”, hablar de “caída” del avión, evitando el término “accidente” hasta que las investigaciones, de ser el caso, así lo determinen.
Para reforzar el esquema, Téllez ordenó que la señal de las conferencias de prensa y de los recorridos a la zona de impacto se pusiera a disposión de las estaciones de radio y televisión de todo el país.
Se le informó, incluso, que 72% de los medios electrónicos que operan en todo el territorio nacional habían tomado la señal liberada por órdenes de Téllez.
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Jet se deslizó a más de 250 kph en tierra
Nota de Aída Ulloa, El Universal Domingo 09 de noviembre de 2008:

La estimación primaria de la velocidad del primer impacto del avión en el que murieron el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, y otros funcionarios federales es de alrededor de 500 kilómetros por hora. La sucesiva desaceleración de la nave se debió a los automóviles con los que chocó, explicó Gilberto López Meyer, director general de Aeropuertos y Servicios Auxiliares, y quien está a cargo de la investigación.
No obstante, en una esquina de concreto del edificio se observa un impacto donde se desprendió el motor izquierdo, lo que indica en los restos que la aeronave tenía una velocidad significativa, estimada en no menos de 250 a 350 kilómetros por hora
En las primeras conferencias de prensa para difundir avances de investigaciones se indicó que el jet viajaba a casi 330 kilómetros por hora. Con respecto a las diferencias, el secretario de Comunicaciones y Transporte (SCT), Luis Téllez, informó:
“Estamos revisando con el material que tenemos en el sitio, segundo con la información bruta que procesa el radar (que llega a las antenas y se mete a la computadora), y también con la información que tenemos en las computadoras que venían en las turbinas y que mandamos a analizar a Honeywell. Estamos analizando exactamente a qué velocidad venía, y a qué distancia venía del otro avión que le precedió en el aterrizaje”, dijo y consideró que habrá información muy exacta.
De acuerdo con las investigaciones del avionazo, se sabe que el avión se estrelló y fue en el lugar del impacto donde se incendió, pues no venía prendido.
Hasta después del primer impacto comenzó a regarse el combustible de las alas. “El avión llegó al impacto en condiciones íntegras, fue a partir del impacto cuando inició su desintegración”, dijo López Meyer.
En el recorrido que las autoridades ofrecieron a la prensa en la zona del accidente, explicaron que los postes de luz, los autos y la estructura de un edificio de oficinas ayudaron a frenar al avión y no permitieron que sus restos llegaran a Paseo de la Reforma.
Los motores casi el final aún rotaban, por lo que se descartó una falla. El avión chocó de lado con el edificio, se desprendió el motor izquierdo, y el fuselaje se partió en dos con el choque.
Los investigadores especializados han trabajado por las últimas 70 horas sin descanso en la clasificación de las partes; todas serán llevadas a un hangar en el aeropuerto de la ciudad de México para análisis posteriores.
Por otro lado, las autoridades estimaron que para mañana la zona estará despejada y se podrá cruzar sin problema. Además, los daños serán cubiertos por la Secretaría de Gobernación, que era la propietaria de la aeronave.
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