Revista
Proceso No. 1997, 7 de febrero de 2015
En
Guerrero desaparecen hasta los hornos/
MARCELA
TURATI
Si
los normalistas desaparecidos el 26 de septiembre fueron incinerados, y ante la
imposibilidad de que ello ocurriera a cielo abierto, la única posibilidad
señala a los hornos crematorios. Los rumores apuntan a las instalaciones
militares, al Semefo o a funerarias privadas. Pero todo mundo niega haber
tenido participación en esos hechos, las autoridades federales se enredan en
sus explicaciones (cuando las dan) y a final de cuentas cualquiera podría creer
que en todo Guerrero no existen esos hornos.
IGUALA,
GRO.- La búsqueda de algún lugar donde hubieran podido hacer desaparecer a los
43 normalistas de Ayotzinapa ha desatado todo tipo de rumores: algunos dicen
que los incineraron en instalaciones militares; otros ubican el hecho en alguna
sede del Servicio Médico Forense (Semefo); unos más apuntan a los crematorios
de empresas privadas.
En
esta ciudad guerrerense hay dos funerarias con hornos crematorios: una es El
Ángel, que comparte piso con el Semefo local; la otra es Funerales Gutiérrez,
el negocio funerario más antiguo y grande de la ciudad, ubicado a una cuadra
del 27 Batallón de Infantería.
Los
trabajadores de ambos negocios niegan que ahí se hubiera cometido esa barbarie
de la cual algunos rumores los acusan.
Un
empleado de El Ángel admite que, aunque comparten piso con el Semefo, sus
instalaciones no tienen capacidad para incinerar más de cinco cuerpos al mes, a
menos que soliciten constantemente recargas de gas.
Con
base en datos del Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas
Mexicanas, el Ejército ofrece a sus miembros servicios funerarios en Puebla,
Cuernavaca y el Distrito Federal.
El
secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, señaló que la Sedena
“encomienda los servicios funerarios y de incineración a una empresa privada.
El local más cercano (al ataque contra los jóvenes) está en Cuernavaca”, según
publicó el diario La Jornada el pasado 17 de enero.
Proceso
usó la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública
Gubernamental para pedir a las secretarías de Gobernación y de la Defensa que
indiquen el nombre de la empresa que presuntamente otorga al Ejército esos
servicios funerarios. Ambas dependencias negaron la información.
“Es
importante señalar que el sujeto obligado que pudiera poseer la información
solicitada es la Secretaría de la Defensa Nacional”, se lee en la respuesta de
Gobernación.
La
Sedena no respondió.
Cuando
se pidió a las unidades de transparencia de la Comisión Federal para la
Protección contra Riesgos Sanitarios y de la Secretaría de Salud que dijeran
cuáles empresas tienen autorización de usar hornos crematorios en el estado de
Guerrero, ambas indicaron que responder esa pregunta no es de su competencia y cada
una señaló que era responsabilidad de la otra.
Al
investigar otros posibles hornos crematorios donde hubieran podido ser cremados
los normalistas, el doctor Mario Alberto Aguirre Puente, responsable del Semefo
de Chilpancingo –dependiente de la Secretaría de Salud–, señala que a las
instalaciones de la capital guerrerense “nunca llegaron” los cuerpos de los
estudiantes.
Afirma
que sólo se practicó la autopsia a los 28 cuerpos exhumados en las primeras
fosas, cuando se buscaba a los normalistas. Agrega que lo que ocurre en la
jurisdicción de Iguala le corresponde administrativamente a la zona norte del
estado.
“Nosotros
no tenemos incinerador. En todo Guerrero no hay, únicamente en Acapulco, en
funerarias particulares; pero el Semefo no tiene incinerador”, dice vía
telefónica.
Cuando
se le pide más información sobre la funeraria de Acapulco con horno crematorio,
apunta: “No sé. Con toda honestidad. Yo conozco nada más una sola funeraria que
dicen que tiene incinerador. No la he visto. Le mentiría. No estoy seguro ni si
siga esa funeraria con incinerador”.
E
insiste: “En Guerrero el Semefo no tiene incinerador, por un lado. Por otro
lado puedo decir, como forense, que todos los casos de muerte violenta no deben
ser cremados porque están sujetos a investigación, pero eso lo deciden las
autoridades, la Secretaría de Salud. O sea, no debería haber crematorios en los
Semefos. Vaya, no tenemos”.
Al
ser interrogado sobre los posibles crematorios del Ejército, Aguirre apunta:
“Que yo sepa no hay (en el campo militar) porque (en Guerrero) los decesos
violentos de los militares los llevan al Semefo de fuero común”.
En
la Sección Amarilla de Guerrero, en cambio, aparece que al menos ocho
funerarias (la mayoría en Acapulco) tienen hornos. Una de ellas está en la acera
de enfrente del Semefo de Chilpancingo.
Al
insistir si existe posibilidad de que los estudiantes hubieran sido incinerados
en algún servicio médico forense, Aguirre responde: “Nunca hemos tenido horno y
no se recomienda tener horno. En Guerrero sólo hay tres unidades de Semefo:
Acapulco, Chilpancingo e Iguala. Son tres nada más en todo el estado y ninguna
tiene horno crematorio”.
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